lunes, 16 de mayo de 2022

INTEGRANTES DEL EQUIPO DE INVESTIGACIÓN DEL I.E.S. PAMPA DEL INFIERNO

 Como se sabe una de las funciones esenciales de los Institutos de Educación Superior es la Investigación, y en ese contexto es que se ha conformado un equipo para explotar al máximo esta función y poder generar conocimiento sobre Investigación educativa del entorno donde desarrollamos nuestra tarea docente.

A continuación presentamos al equipo docente de investigadores del I.E.S. de Pampa del Infierno:

-Profesora Karina Ávila Chaile (Profesora en Ciencias de la Educación y rectora de la institución)

-Profesora Irma Yolanda Pérez (Profesora en Ciencias de la Educación)

-Profesora Lidia Esther Salvatierra (Profesora en Cs. de la Educación y Secretaria académica de la institución)

-Profesora María Soledad Ruiz Krawczuk (Profesora para el Nivel Primario-Profesora de Historia)

-Profesora Nancy Álvarez (Profesora en Biología y Geografía)

- Profesora Elsa Durand (Profesora en Biología y Geografía)

- Profesor Juan José Ponce (Profesor en Biología)

-Profesora Natalia Sanchez (Profesora en Ciencias de la Educación)

- Profesora Lorena Pascuale (Profesora en Geografía)

- Profesora Laura González (Profesora en Ciencias de la Educación)

-Profesor Fabián Antonio Mancilla (Profesor en Castellano, Literatura e Historia)

-Profesor Antonio Diaz (Profesor en Matemática)

-Profesora Karen Aguirre (Profesora en Ciencias de la Educación)

-Profesora Juliana Luján (Profesora en lengua y Literatura)

-Profesor Nahuel Colman (Profesor en Educación Física)

-Profesora Liliana Ortíz (Profesora en Ciencias de la Educación)


miércoles, 20 de abril de 2022

 

PROYECTO DE INVESTIGACIÓN 2013-INFoD

(Proyecto aprobado y financiado)

Integrantes del Proyecto:

Director: Ruiz Krawczuk, María Soledad

Docentes: Mancilla, Fabián Antonio

                   Brizuela, Liliana Beatriz

Alumnos: Acosta, Fabián Walter

                  Montenegro, Mauro Marcelo


RESUMEN 

La visión del Pasado Reciente, tras la reapertura democrática, se ha visto fuertemente promovida e incentivada (exceptuando la época menemista) por un estado que asumió el compromiso con los Derechos Humanos. En esta línea, las orientaciones educativas bajadas a las jurisdicciones buscaron estar en consonancia con esta política, aunque desde la intención a la acción se pudo apreciar una realidad en las aulas no siempre feliz. Si bien queda clara la necesidad de revisar el pasado reciente como precondición para entender una Historia argentina más completa y con un marcado sentimiento de resarcimiento moral, es también importante reconocer que la escuela se encuentra en una encrucijada, obligada a tomar posición frente a este proceso; ella sigue siendo la institución privilegiada en la transmisión de la memoria social, aunque no siempre se halle preparada para responder a los desafíos de las coyunturas históricas. Los contenidos de la historia reciente muchas veces tienen una presencia controvertida en la sociedad (de ahí la encrucijada), por lo que surge en los educadores un gran interrogante: ¿cómo abordar la Historia Argentina Reciente sin que ello implique la pérdida del compromiso con la verdad?

   La tarea de los profesores de historia es fundamentalmente la de orientar a los alumnos para que aprendan a pensar históricamente, pero he aquí que el docente se hallará con realidades vírgenes en análisis y debe contar con herramientas útiles para afrontarlas. El presente trabajo de investigación buscó indagar acerca de las dificultades en el abordaje y tratamiento de la Historia Reciente, dudas e inquietudes, estrategias didácticas empleadas, olvidos u omisiones. Trabajamos en torno a preguntas como: ¿Cómo se apropia el docente del concepto de Historia Reciente? ¿Cómo afrontan estos la enseñanza de ese pasado cercano? ¿Qué estrategias didácticas utilizan? ¿Qué contenidos enseñan? ¿Cómo los seleccionan? ¿Cómo interpelar los discursos? ¿De qué manera se asume un hecho de marcada connotación política? ¿Cómo articular testimonios, contextos y conceptos? ¿Pueden los alumnos comprender la complejidad del pasado reciente? La metodología implicó: observaciones, entrevistas, encuestas y análisis bibliográfico.

 

Palabras claves: Historia Reciente – Memoria – Conflicto

 

INTRODUCCIÓN

  Muchas sociedades, entre ellas la argentina (y por influencia de las nuevas ideas historiográficas) desde hace unas décadas atrás, comenzaron a preguntarse sobre los acontecimientos conflictivos de su pasado cercano, reciente. En constante búsqueda, a partir de la reconstrucción de ese pasado, de restos memorísticos que estructuren esa "memoria dispersa" para llegar a una “Memoria global”, se apunta a identificar y atacar las dificultades surgidas a partir de este proceso de enseñanza de la Historia Reciente.

 La relación entre la historia y la política, nacida en los albores de nuestra patria y por lo tanto ampliada al sistema educativo, ha sido determinante en la construcción de los modelos históricos que se aplicaron durante el siglo XIX y XX en nuestro país. Este determinismo, muchas veces arbitrario, ha seguido el ritmo establecido por los mecanismos de poder, en los diferentes gobiernos de turno.[1]

  En la Argentina, las temáticas asociadas a los derechos humanos universales, al estudio del pasado reciente argentino y a la formación ética y ciudadana, ocupan un interesante lugar en el diseño curricular nacional desde un tiempo a esta parte. Por ejemplo, la Ley de Educación Nacional Nº 26.026, sancionada en 2006,  indica: “Formarán parte de los contenidos curriculares comunes a todas las jurisdicciones (…) el ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de Estado, con el objeto de generar en lo/as alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos (…)[2].

 En nuestra provincia, Chaco, la aparición de esos contenidos es bastante reciente por lo que dificulta su adecuada utilización y su manejo todavía no es muy popular. No resulta tedioso aclarar que si bien en los anteriores diseños curriculares jurisdiccionales de la provincia del Chaco se hablaba implícitamente de Historia reciente, esto era algo superficial, como algo dicho al pasar. En los Institutos de Educación Superior su tratamiento se reduce, aun hoy,  a cátedras dictadas en el último año del profesorado de Historia (cátedra: Historia Argentina del siglo XX), algo muy escaso para el contexto de una carrera Humanística. Recién a partir del 2012 se incorporan a los diseños para nivel secundario unidades curriculares específicas que tratan sobre esta temática.

 Ante este cuadro, es inevitable el abordaje de estos tópicos, aunque del mismo modo pueden surgir interrogantes a las complicaciones que pudieran traer aparejadas y que claramente las enuncia Fossati: “¿Por qué deberíamos buscarlas, hacerlas emerger de del pasado en el cual están escondidas?”[3]

  Aun así, digamos que la enseñanza del pasado reciente en los colegios secundarios de Pampa del Infierno, exceptuando los espacios específicos (en horas muertas y sólo en los cursos más altos), solo se redujeron a Talleres libres de Formación y al Programa “Jóvenes y Memoria” dependiente de la Comisión Provincial por la Memoria de la Provincia del Chaco.  En este contexto la creación en el año 2002 de la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, bajo el lema “Recordamos para el Futuro” visualizó a la escuela como potenciadora para abordar temas de la memoria.(…) Otra cuestión interesante acerca del programa, es que busca que las historias sean “locales”, abordándolas desde la proximidad e individualidad y teniendo en cuenta que lo local está ligado al trabajo identitario. Lo innovador de esta propuesta es que apunta a la curiosidad de los jóvenes para la indagación sistemática, metódica, de ese pasado que le es propio, pero del que no sabe nada (más allá de lo que le transmiten los adultos).

 ¿Por qué resaltar la importancia de ésta forma de conocer la historia reciente? Justamente, la particularidad de que las historias reelaboradas deben ser locales (cercanas, cuyos protagonistas aún viven y que, inevitablemente, generan opiniones encontradas dentro de la comunidad), porque evita que la información que se obtenga sea más el producto del mercado cinematográfico que realmente de una verdad histórica. Sumemos a esto la distancia en el tiempo, que decididamente complica la forma de involucrarse con la memoria, y por otro la distancia espacial un poco más accesible. Por ejemplo, es muy difícil para los jóvenes comprender el proceso de formación de la clase obrera, los sindicatos, sus luchas, cuando en la zona no existen fábricas, es más cercano a ellos hablar de Ligas Agrarias. Pero es más común encontrar en escuelas y colegios de la localidad material educativo referido a las luchas del movimiento obrero. 

Más tarde, y en un tímido abordaje de la cuestión, en el Instituto de Nivel Superior  de nuestra localidad se realizaron monografías y ensayos sobre el tema en unidades curriculares como Historia Argentina del siglo XX y, además se llevaron adelante jornadas con indicios prometedores que pudieron  allanar nuestro camino de investigación (es justo aclarar que dos de los integrantes del proyecto de Investigación trabajan en escuelas de nivel medio; los restantes en Nivel superior y como alumno de la carrera de Historia).

 Volviendo a nuestra Ley Nacional de Educación, resulta necesario y vital recordar uno de sus objetivos perseguido, cuando dice: “formar sujetos responsables, que sean capaces de utilizar el conocimiento como herramienta para comprender y transformar constructivamente su entorno social, económico, ambiental y cultural, y de situarse como participantes activos/as en un mundo en permanente cambio”[5].  Teniendo en cuenta esto, es más que clara la finalidad de la formación docente, descripta en el artículo 71 de la mencionada Ley: “(…)preparar profesionales capaces de enseñar, generar y transmitir los conocimientos y valores necesarios para la formación integral de las personas, el desarrollo nacional y la construcción de una sociedad más justa. Promoverá la construcción de una identidad docente basada en la autonomía profesional, el vínculo con la cultura y la sociedad contemporánea, el trabajo en equipo, el compromiso con la igualdad y la confianza en las posibilidades de aprendizaje de los/as alumnos/as.”

 Las problemáticas históricas, temáticas recurrentes en la práctica política en nuestro país, no han quedado en el pasado, constituyen (o deberían constituir) una parte fundamental de la enseñanza de la historia, donde la inquietud acerca de los derechos humanos debe tener un lugar central cuando hablamos de Historia Reciente.  

Teniendo en cuenta que la necesidad de referirnos a ese pasado reciente, parte del hecho de ser un pasado traumático, que debe ser rescatado de la manera más completa posible para ayudar a superar dificultades, omisiones y falacias en su tratamiento, además de permitir la construcción del sentido para lograr una verdadera comprensión del pasado, para de esta manera generar los medios para impedir su regreso.[6] 

 Tratamos de conocer a través de la presente investigación las representaciones sociales de los estudiantes de la carrera de Historia del IES de Pampa del Infierno, y cómo abordan, a partir de la formación recibida, la enseñanza de la Historia Reciente, de ese pasado aún latente.

  Ahora bien: de ese pasado un gran porcentaje de las fuentes son testimonios orales; otros, testigos oculares, testigos que sobrevivieron a un hecho cruento. El testimonio oral tiene la particularidad de ser una construcción que se constituye en fuente artificial (surgida de la interacción entrevistador-entrevistado), por lo que deben tomarse ciertos recaudos a la hora de utilizarlas, sin perder de vista que las fuentes, del tipo que sean, son meros instrumentos para elaborar la historia.[7]

 El uso de las fuentes orales permite el reconocimiento del entorno en el que sucedió, y del cual ambos actores forman parte (entrevistador-entrevistado), y posibilita además un estrechamiento de la relación existente, o que se conforme a partir del primer contacto.

 A pesar del rechazo en algunos historiadores sobre la validez representativa (estadísticamente hablando) de los entrevistados, podemos alegar que la historia oral selecciona a los entrevistados no por el simple hecho de representar una norma estadística, sino porque tipifican un proceso histórico, remitiendo a cuestiones reales historiográfica, y no estadísticas.[8]

 

  Entonces: ¿cómo seleccionar el relato mnemónico que debe privilegiarse?; ¿cómo abordar ese pasado en el aula, sin que desaparezca su complejidad?; ¿en qué consiste el "deber" de la memoria?; ¿cuál es la connotación política de los contenidos seleccionados a enseñar?; ¿es posible el abordaje de ese pasado aún abierto, en la escuela?; ¿pueden los alumnos apropiarse de esa complejidad, pueden construir una mirada del pasado desde una perspectiva histórica? Son muchos los interrogantes que se conjugan a la hora del trabajo áulico, y es la falta de respuesta lo que detiene a los docentes en la tarea de acercar a los jóvenes a esa Historia Reciente.

 “Los docentes ya no son el centro de la cultura, pero sí sus bordes” (Michael de Certeau)

 ANTECEDENTES

   La enseñanza de las Ciencias Sociales, específicamente de la Historia, se ha visto cuestionada en los últimos tiempos por la mayoría de los estudiantes de nivel medio, que no ven en ella mayor utilidad que la de conocer fechas, nombres, hechos, resultado de una Historia que ha permanecido, como materia de enseñanza, anclada durante mucho tiempo y que se resiste al cambio, en una sociedad en constante transformación. Situación a la que no permanecen ajenos los institutos de educación superior, particularmente nos referimos a la situación por la que atraviesa nuestro instituto, donde formamos a futuros profesores de Historia.

  Citando a Marcelo Borrelli[9], es evidente que los cambios drásticos en los sistemas políticos y culturales de las últimas décadas fueron decisivos para que actualmente el futuro aparezca como un espacio de tiempo incierto, y las comunidades exploran en su pasado las certezas que el futuro no ofrece: en el pasado reciente lo hacen las sociedades nacionales democráticas que deben reconstruirse desde un pasado traumático y refundar en el presente los valores democráticos. Es la escuela la responsable de rescatar ese pasado y transmitirlo a las nuevas generaciones.

  Gonzalo de Amézola[10] nos refiere una "historia escolar resistente al cambio", e intenta identificar las razones por las cuales las ideas de cambiar y mejorar la enseñanza en las escuelas argentinas ha tenido resultados tan limitados, específicamente en la Historia, citando para ello los trabajos de Raimundo Cuesta y Pilar Maestro. Nuestro autor nos dice que el pasado cercano ya estaba incluido en la escuela (1993), pero los contenidos en el currículum oficial eran reducidos, y ubicados al final de programas y textos. Fue necesaria una Nueva Ley de Educación para que esta situación cambiara en parte. Al respecto, y adentrándonos un poco más en nuestra realidad provincial, se han desarrollado trabajos como el del integrante del equipo de investigación: Mancilla, Fabián A.[11] (2012): “La represión en Chaco antes de la última dictadura militar: memoria e historia, un desafío permanente”, donde se trata de indagar sobre cuestiones casi poco trabajadas y con nula bibliografía de nuestra historia cercana; aquí las dificultades surgieron como un manantial ya que para la obtención de datos, su cotejo y decantación se debió realizar un trabajo no carente de problemas y oscuridades. En fin, dificultades propias de una historia cercana y donde lo oral funciona como casi como único insumo a elaborar. Todos estos trabajos funcionan como manos tendidas, como báculos que hagan de sostén a la hora de identificar problemas y abordar las oscuridades, voces cristalinas que ayuden a responder cuestiones como ¿a qué llamamos Historia Reciente? ¿Desde qué tiempo hacia atrás podemos hablar de Historia reciente? ¿Qué es la Historia del tiempo presente? Es un primer punto, vital que trabajamos con los docentes durante nuestra investigación.

  En su obra "Una Historia incómoda. La enseñanza escolar de la Historia en Tiempo Presente" Gonzalo De Amézola intenta dar un muestreo de las diversas ideas con que define este concepto tan conflictivo como atractivo.

Por otra parte, Vera Carnovale arroja un poco de luz sobre los problemas que se presentan en la enseñanza de la Historia Reciente, ensayando algunas estrategias para su abordaje, identificando una brecha en los modos de abordaje y enfatizando el carácter ritual de los actos conmemorativos frente a el "deber de la memoria", demostrando la posibilidad de su tratamiento a través de la articulación entre testimonios, contextos y conceptos.

  Federico Lorenz, en "El pasado reciente en la Argentina: las difíciles relaciones entre transmisión, educación y memoria", vuelve a lugares comunes con los autores antes citados, destacándose en él la inquietud de generar puentes que permitan transitar por ese pasado conflictivo, uniéndolo al presente. Ya hablamos de un "pasado-presente", de un pasado que permanece abierto, y he ahí su conflictividad y la dificultad de su abordaje, como así también los miedos y dudas que se generan en los educadores que conocieron o fueron parte de ese pasado traumático.

  Un punto desarrollado por los autores consultados, y que intentamos identificar en la concepción que de él tienen los docentes y alumnos a entrevistar y/o encuestar, es la idea o concepto que manejan con respecto a la Historia y a la Memoria, conceptos cuya función no aparece demasiado delineada entre los diferentes actores. Son imprescindibles aquí los trabajos desarrollados al respecto por Sandra Raggio, Pilar Maestro, F. Lorenz, y Gonzalo De Amézola.

 Con respecto a las dificultades que enfrentan los docentes a la hora de enseñar el pasado reciente, si bien una de las fuentes consultadas refiere a un trabajo de investigación llevado adelante en la provincia de Buenos Aires, resulta útil para nuestra investigación, Ana Pereyra propone tres razones de diferente temporalidad que estructuran el imaginario estudiantil: la visión de la sociedad como algo homogéneo y único, centrando todo la idea de Nación, siendo el objetivo primordial de la enseñanza de la historia la formación de la identidad nacional, mediante el despliegue de ritos, símbolos patrios y representaciones materiales, buscando la integración cultural a través de la transmisión escolar de una lengua y valores patrióticos. Esta idea de nación que nos identifica hoy es rechazada. El segundo punto hace referencia a la reciente inclusión de la historia reciente en los diferentes diseños curriculares y a la réplica de las características conmemorativas ligadas a las efemérides patrias (los textos escolares mantuvieron hasta la década de los `90 una clave nacionalista y militarista, muchos de esos textos se utilizan en nuestras escuelas, todavía). El punto a resaltar aquí es que la Ley Federal de Educación (1993) le da prioridad al tratamiento de la Historia Reciente, pero no orienta ni da especificaciones acerca de las modalidades de enseñanza (en general, las iniciativas se inclinaron a instituir fechas claves para ratificar el repudio a los militares y a la dictadura). La tercera razón tiene que ver con el hecho de las internas entre los historiadores a la hora de la producción historiográfica referida a este período (liberales y revisionistas), “(…) con estas obras de divulgación como recursos o fuentes disponibles (…) la enseñanza de la historia reciente quedó entrampada (…) en la distancia entre los intereses inmediatos de la cultura juvenil y los propósitos enciclopédicos (…)[12]

 En este punto ¿cuál es nuestro fin como formadores de formadores? La función de los docentes (particularmente los docentes de historia) es la de promover en los jóvenes la búsqueda de sentido para la ruptura de estereotipos (héroe-antihéroe), orientándolos hacia la consecución de una democracia política genuina. La comprensión de los procesos históricos requiere de una perspectiva práctica, que interrogue permanentemente a docentes y estudiantes, que los orille al cuestionamiento fundado, a la investigación para la reelaboración (o no) de esa historia reciente.

 Tomemos ahora la cuestión de la cercanía de los estudiantes con ese pasado reciente, la relevancia de los relatos y las memorias cercanas construidas en torno al mismo y la propuesta de libros y medios de comunicación que se presentan como resumen de una época trágica de la historia argentina, regodeándose éstos últimos en detalles escabrosos (cuestión de mercado, simplemente). Raggio, Sandra (2011)” ¿Historia o Memoria en las Aulas?” hace referencia a la intervención de la escuela en el proceso de elaboración del pasado reciente, como ésta se ha ido acomodando a los cambios de época y a los mecanismos que debió accionar para formar ciudadanos democráticos, debiendo abordar contenidos ligados al pasado reciente acontecido, del cual muchos habían formado parte, y que ponía en juego su propia historia. Raggio refiere aquí a lo desarrollado a partir del Programa Jóvenes y Memoria, programa llevado adelante por la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires (mencionado anteriormente), con la propuesta dicho programa ha permitido observar que “el pasado también le pesa a la escuela”, entonces, nos encontramos con silencios y posiciones encontradas que suceden no solo fuera del ámbito escolar (en la comunidad), sino también dentro de él. “La frontera entre lo decible y lo indecible, lo confesable y lo inconfesable, separa (…) una memoria colectiva subterránea (…) de una memoria colectiva organizada que resume la imagen que una sociedad mayoritaria o el Estado desean transmitir e imponer.” Pollak (2006).

   Desde el año 2010, este programa se ha llevado adelante en la provincia del Chaco, generando expectativas, controversias y mucha curiosidad (especialmente desde la mirada de la juventud). Un resumen de la propuesta: éste programa se propone, por un lado, renovar la forma de enseñar y aprender ciencias sociales, fortaleciendo espacios curriculares ya existentes en la educación formal. Por otro, activar el proceso de construcción y transmisión de la memoria colectiva como forma de afianzar los valores en derechos humanos, las prácticas democráticas y el compromiso cívico crítico de las nuevas generaciones. Se trata de impactar sobre la subjetividad de los jóvenes, en sus formas de percibir el presente y en la capacidad para pensarse como sujetos autónomos, consientes y responsables de sus opciones y prácticas. En torno al eje “Autoritarismo y democracia”, se propone el abordaje de la historia reciente en la escuela, a partir de una premisa básica: que sean los alumnos los que se apropien significativamente de las experiencias pasadas. Es una propuesta interesante, que debiera hacerse extensiva (o tener su equivalente) al nivel superior.

 Por último, está la cuestión de la validez de las fuentes orales como insumo principal (en general, único) para la reconstrucción del pasado reciente. En general, las críticas formuladas a la historia oral son: la preparación del entrevistador, los niveles de investigación y la cuestión metodológica. Cuestiones sobre las que se están trabajando y el debate es arduo.[13]

 A modo de ejemplo, la provincia del Chaco fue escenario del juicio a los genocidas que actuaron aquí durante la última dictadura militar, con el resultado de 8 condenas a cadena perpetua por la Masacre de Margarita Belén y 12 condenas a 25 y 15 años por torturas en el CCD/ Brigada de Investigaciones/Alcaidía. Fue también resonante el caso del nieto recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo número 94, Martín Amarilla Molfino; a pesar de ello, existe cierta resistencia en las voces de pueblos del interior, donde quizás los acontecimientos de aquella época han pasado casi inadvertidos, y es aquí donde chocan los relatos locales con los que se observan en los medios de comunicación, y los canalizados (escasos) a través de la enseñanza en las aulas. El “aquí no pasó nada”, es la respuesta casi generalizada cuando se pregunta al respecto y es por ello que el abordaje de la propuesta del Programa Jóvenes y Memoria resulta vital a la hora de realizar esa conexión necesaria, no sólo con el pasado reciente, sino también con cada una de las localidades como parte de la historia de la provincia y del país (y no como simples partes aisladas). Pero la tarea que debe afrontar el docente que se involucre en la propuesta, es más que complicada. Existen presiones desde el interior de la escuela y también desde la comunidad: hay una sensación de recelo en la mirada de la sociedad local. En mi experiencia en el proyecto, fui testigo de testimonios de docentes que expresaban esta situación: “año pasado trabajamos investigando el tema de las Ligas Agrarias, el trabajo fue muy bueno, hicimos un corto que después se lo mostramos al resto de la comunidad. Pero algo paso en las vacaciones, porque ahora los padres de muchos de los chicos que participaron, ya no quieren que lo sigan haciendo. Tenía pensado continuar con el mismo tema, pero ahora no sé…” (Testimonio de una docente, durante el Taller de Coordinadores, en el Encuentro Regional del Programa Jóvenes y Memoria llevado a cabo en la localidad de Presidencia Roque Sáenz Peña, agosto 2011).

 

 MARCO TEORICO

 

¿Para qué enseñamos Historia? ¿Para qué enseñamos Ciencias Sociales? Son preguntas cuyas respuestas, a la luz de las nuevas realidades, no son fáciles de hallar, pues la permanente discusión y revisión de esta Historia cercana, y sin la claridad de la “Hermenéutica de la distancia” riqueriana, la hacen más oscura y difícil. Aun así, creemos  que la importancia del conocimiento pretérito, de nuestra historia más cercana, de esta Historia Reciente, viene a llenar huecos y deudas morales y a trazar caminos didácticos que redunden en la idea de que “todo pasado nos enseña”, que todo pasado cuenta con indicios que puedan ayudar a construir futuros menos erráticos.

En nuestro país, como ya lo dijimos, con el advenimiento de la democracia en 1983, los nuevos lineamientos en materia de política educativa han dado paso a la necesidad de abordar un pasado aún abierto, y por ello más conflictivo; dicho de otra manera, se recurre a analizar una Historia del Tiempo Presente, un pasado que no pasa, y que esa aparente confluencia temporal la hace más atractiva pero no por ello engorrosa. Pero la idea de nuestra investigación no se reduce a conflictos nominales de este periodo, intentamos, más allá de dar con las dificultades y problemas al abordar esta Historia (objetivo primordial de este trabajo) a considerar y proponer posibles cronologías adecuadas a los periodos y lugares donde aconteció el hecho histórico (analizar la “Masacre de Margarita Belén” en Chaco requiere de una mirada más localista por más que esté enmarcada dentro del “Proceso…” a nivel nacional), delimitar ese "pasado cercano" en la medida de lo posible. Este paso será necesario para trabajar con certezas que brinden una mayor claridad a los contenidos de esa historia cercana, para que a la hora de bajarlos, los alumnos de Nivel medio y Superior se encuentren con más brillos que oscuridades.

De Amézola, respondiendo a la inquietud de Manuel Nuosci[14] sobre la falta de preparación inicial del docente de Historia, refiere a la tendencia reformista de superpoblar el plan de estudios con temas generales de las ciencias de la educación (ante la variedad de problemas que se deben afrontar en la escuela), en desmedro de la formación específica en las disciplinas (subrayado propio) que el profesor debe enseñar, entonces, “si los profesores no conocen su materia como para poder dar respuestas flexibles a los intereses y a las preguntas de los alumnos, se convierten en algo más parecido a animadores socioculturales (…) que a profesores.”  Los docentes no estamos preparados, mejor dicho, no somos preparados para lograr el acercamiento a una historia investigada, tal como lo refiere la docente Silvia García[15] en su pregunta:”¿hasta qué punto la docencia está preparada y puede abordar y dar explicaciones de ciertos hechos profundamente traumáticos, cuando aún ciertos protagonistas y/o sectores involucrados en la historia reciente de nuestro país, no han realizado la autocrítica suficiente de los hechos sucedidos?(…) hay algo de cerrazón, intolerancia o negación en algunos sectores u organizaciones involucradas en la militancia de los setenta, que cada vez que se plantean determinados aspectos de ésta, te saltan a la yugular, abortando la posibilidad de repensar los desaciertos cometidos”. Si a esto le sumamos que un docente “promedio” conoce vagamente el material bibliográfico sobre los años ’70 que ha aparecido en forma abundante en un corto lapso, y que si lo quisiera conocer necesitaría un tiempo del que no dispone para su lectura, recursos para acceder a ellos y tiempo adicional para poder realizar una adecuada trasposición didáctica[16] , el problema de una adecuada tarea docente se agrava.

   Me permito aquí ejemplificar la cuestión del problema en la formación inicial de los docentes de Historia: “La vuelta a la democracia con los radicales no sirvió para nada, mi papá todavía se acuerda de que ya estaban verdes de tanto comer lechuga porque para otra cosa no alcanzaba la plata…” (Comentario de una alumna de 4to año del Profesorado en Historia, durante una clase de Historia Argentina), demostrando la carencia de información y formación de la estudiante.  Basualdo-Aruguete, en “Argentina: de la dictadura militar a la crisis, 1976-2001.Una mirada desde la historia económica" (2007), detalla el proceso de vaciamiento económico, al que fue sometido el país, herencia que recayó sobre el nuevo gobierno, electo legítimamente en 1983.

  Pero, la Historia económica no se encuentra en el plan de estudios del profesorado, y la postura de la futura docente no fue cuestionada.

  El olvido aparece más que arraigado en algunos ámbitos, rellenando espacios de la historia con la espectacularización de los acontecimientos históricos, en palabras de Umberto Eco: “la espectacularización de los acontecimientos históricos reciente los entrega a un pasado mitológico, una ocasión para entretener, no un pasado para reflexionar (…) tenemos, de un lado, la reflexión científica para pocos), del otro, el espectáculo (para todos).Lo que nos faltó es precisamente un espacio de reflexión no especializada, a la que quizás pudo haber entregado a la escuela, no tanto con el último capítulo de los manuales de historia, sino con una más intensa educación cívica…”

 Esas certezas mencionadas anteriormente constituyeron la meta de este trabajo. Decíamos que por medio de distintos recursos y metodologías intentaremos responder a esos cuestionamientos planteados al principio. Llegar a conocer cómo, cuándo y porqué, sería un paso importante en el conocimiento sobre el manejo de los contenidos históricos de ese pasado reciente y a la vez lejano por su conflictividad. En plena conciencia de que en el desarrollo de esta investigación nos chocaríamos con elementos y conceptos muy discutibles y reelaborables, como por ejemplo el concepto de “Pasado traumático”, nos propusimos responder el siguiente interrogante: ¿traumático para quién?, además, si estableciéramos un límite de tiempo (cronológico), ese pasado reciente tendría "fecha de vencimiento". Concluimos que son los propios actores, su apreciación, los que reconocen cuáles son los procesos que forman parte de la llamada "Historia Reciente".

 También sabemos por la experiencia bibliográfica y de trabajos personales, que en determinado momento dos conceptos se acercan y se tocan finamente: la Historia y la Memoria. El investigador que se dedica a la historia reciente se encuentra en un permanente estado de tensión y se ve obligado a replantearse muchas veces sus perspectivas, su propia posición con respecto a ese pasado presente, intentando diferenciar historia y memoria, fuente y testimonio. Para este caso en particular, la Memoria podría definirse como "un proceso activo de construcción simbólica y elaboración de sentidos sobre el pasado", con una doble dimensión, privada y pública (o colectiva). En las últimas décadas ha cobrado fuerte impulso el acto de "hacer memoria", originándose un fuerte debate en distintos ámbitos. ¿Qué "memorias" rescatar?; ¿Quiénes son las "victimas"? ¿Cómo establecer la validez de un testimonio? ¿Qué rol cumplen los "olvidos"? Al respecto, y diferenciando Historia y Memoria, Pierre Nora sostiene: "(...) la memoria es vida, mientras que la Historia es reconstrucción (...) La memoria es un fenómeno siempre actual, un lazo vivido en presente eterno; la Historia, una representación del pasado..."

Toda esta problemática implica un arduo desafío, una constante discusión entre “lo que se debe” y “lo que se puede”, entre “cómo se debería” y “como se lo hace”; presentimos que estos conceptos conflictivos necesitan de una investigación detallada, de un análisis que ayude a encontrar respuestas o en su defecto herramientas que nos ayuden y ayuden al docente y alumno a trabajar con la ventana abierta. Los docentes, a diferencia de los historiadores, no permanecen aislados de esos actores vivos de la historia presente, conviven con ellos, pueden ser interpelados y/o confrontados si consideran sus relatos tergiversados (en su opinión subjetiva). Además, las políticas oficiales de memoria no siempre coinciden con la visión que el docente tiene acerca del pasado reciente, existiendo en cada escuela una disparidad de visiones y confrontaciones entre docentes padres, alumnos, siendo esta una realidad, una situación concreta con la que el docente debe lidiar al abordar la enseñanza de la Historia reciente. El pasado cercano aparece incorporado a la escuela como un pasado sangrante, doloroso, que idealmente se trata de procesar y superar, pero que en la práctica se termina banalizando y convirtiendo en un "show del horror" (Lorenz, F., "El pasado reciente en la Argentina"); intentamos con este trabajo evitar estos cuestionamientos, que todo sea tomado en su justa medida,  y responder aunque sea en parte, a los cuestionamientos iniciales.

 

 METODOLOGÍA

La investigación que llevamos a cabo (basándonos evidentemente en indicios previos) apuntó a precisar las dificultades a la hora de abordar y enseñar temáticas referidas a la historia argentina reciente, usando como metodología la lectura inicial de todos los autores que pudimos reunir y que hablan sobre la cuestión, teniendo como punto de partida los cuestionamientos surgidos a partir de la poca información (cuando existe) que manejan los alumnos egresados del nivel medio y que inician la carrera del profesorado en Historia, analizando además cuál es el estado de la cuestión en los alumnos del cuarto año del profesorado.

 Luego de intercambiar ideas de lo leído y del primer sondeo realizado entre los jóvenes, por parte de los miembros del equipo de investigación, y con algunas ideas más claras nos abocamos a la identificación de los posibles conflictos o dificultades que pudieran surgir a la hora del abordaje de esos temas.

 Nos pareció necesario también realizar un seguimiento de los docentes con los cuales trabajamos: en primer lugar nos enfocamos en los docentes del área específica de Historia Argentina, buscamos conocer un poco su trayectoria profesional (lugar de origen, en qué institución se recibió, años de antigüedad, cursos que realizó sobre la temática, niveles en los que trabaja, etc.), su relación con los cursos en los que dicta clases, relación con sus pares.  

 Después del seguimiento al docente, a manera de entrevistas, observamos algunas clases que más bien fueron talleres donde se trabajó la temática y luego fueron bajados a distintos talleres realizados por los alumnos del IES en las escuelas de nivel medio de la localidad y zonas aledañas.

 Para conocer cuál es la visión que tienen los alumnos del IES acerca de la historia reciente, de acuerdo a su trayectoria en la escuela secundaria y en el nivel superior, elaboramos encuestas y entrevistas, teniendo como eje las palabras claves Historia Reciente, Memoria, Olvido. También llevamos adelante charlas debates en algunos cursos (aprovechando por ejemplo que un integrante del equipo dicta una cátedra de Historia Argentina del siglo XX en 4º año del Profesorado de Historia).

 Para ser más específicos, diremos que las observaciones de clases se hicieron en los espacios donde se dicta Historia Argentina en el Nivel medio (3º y 4º año) y en cátedras de la carrera de Historia (2º año, Problemática de las Cs. Sociales; 4º año, Historia Argentina del siglo XX; 3º año, Ciencias Políticas). Dichas observaciones se corresponderán con el cronograma establecido, previo diálogo con los docentes responsables, y cuando la temática sea abordada según la planificación de cada docente.

Las Unidades de análisis fueron los establecimientos de Nivel Medio de la localidad): U.E.P. Nº 39, E.E.S. Nº 63 y E.E.S. Nº 142 (entre las tres instituciones podríamos decir que albergan cerca de 3 mil alumnos, de los cuales solo fueron observados un número aproximado de 200 correspondientes a 3º y 4º año) y el Instituto de Educación Superior Pampa del Infierno (el único en la localidad; aquí el número desciende a 50 alumnos aproximadamente, siendo encuestados 18 alumnos del 4to año del profesorado en Historia, de las cohortes 2013 y 2014).

Luego de obtenidos los datos procedimos a organizarnos para su evaluación (un grupo evaluó encuestas y entrevistas; otro evaluó los debates realizados y realizó informes).

 La búsqueda tendió a encontrar las variables y las constantes que nos permitieran acercarnos a una conclusión acerca del estado de la enseñanza de la historia reciente, el abordaje que de ella se hace en el nivel superior, intentando discernir las razones por las que nuestros egresados, profesores en Historia, no logran cautivar a los adolescentes del nivel medio en lo que respecta al abordaje de la historia; y así,  elaborar sugerencias y propuestas acordes a las  dificultades y necesidades resultantes.

 Análisis e interpretación de datos

 En este punto, construimos el relato a partir de cuestiones que fueron surgiendo a medida de que transitamos el camino de la investigación, y que posibilitaron la profundización de cuestiones como: noción que tiene de Historia, pasado cercano, historia reciente, tanto profesores como alumnos en el nivel superior; material bibliográfico que se maneja normalmente en las escuelas y colegios, y en la institución en cuestión.

 Colaborar en la construcción de un relato que ponga en escena los hechos que constituyen el pasado reciente, teniendo como interlocutores a las nuevas generaciones, en estrecha relación con la parte protagonista de esa historia, resulta una tarea desafiante, que despierta manifestaciones de adhesión, de llamados de atención y de recelo a la hora de su abordaje.

·         ¿Con qué material contamos en el IES de Pampa del Infierno para el abordaje de la Historia Reciente?

 El primer paso fue hacer un relevo de la bibliografía y todo material didáctico, referido a ésta temática, que se maneja en la biblioteca del IES de Pampa del Infierno. Teniendo en cuenta que la carrera del Profesorado en Historia es relativamente nueva (inició en el año 2007), el material específico es escaso, más aún en lo que a historia argentina reciente se refiere. Es decir, los primeros egresados de dicha carrera tuvimos (particularmente, dos de los integrantes del equipo pertenecemos a la primera cohorte – 2010) una escasa formación sobre el pasado reciente argentino.

 Desde el Ministerio de Educación se ha distribuido material, como la Colección “La enseñanza del Pasado Reciente” Pensar Malvinas, Pensar la Dictadura, Pensar la Democracia (2da edición, 2014), dentro del Programa Educación y Memoria, como así también: “Holocausto. Preguntas, respuestas y propuestas para su enseñanza”, “Memorias en Fragmentos – Miradas sobre el Holocausto – Shoá”, “Treinta ejercicios de Memoria – A treinta años del Golpe”. De la colección Educación y Memoria, se encuentran ejemplares como “La última dictadura militar en Argentina” Entre el pasado y el presente – Propuestas para trabajar en el aula, de Sandra Raggio y Samanta Salvatori (2010); “Testimonios para nunca más – de Ana Frank a nuestros días” de Héctor Shalom y Silvina Chemen (2008). Podemos ver que paulatinamente la biblioteca se fue nutriendo de material suficiente para llevar adelante la enseñanza del pasado reciente argentino, pero la gran dificultad reside en la falta de formación concreta y específica de los docentes (en general, ya que consideramos de vital importancia la transversalidad de la temática, para un mejor tratamiento y comprensión). Capacitación no sólo en lo que se refiere al conocimiento de los hechos en sí, si no en perder el miedo a abordar ciertos temas conflictivos, trabajar el diálogo y la tolerancia, el cuestionar y cuestionarse, sin pasiones partidarias, si con convicciones y fundamentos.

   La Biblioteca Pública N° 83 “Adolfo Bioy Casares” funciona pegada a la institución, y es masiva la consulta que realizan los alumnos, en todo momento, y la colaboración de los docentes con el IES, por lo que también hicimos un análisis del material con que cuentan.

  La bibliografía estrictamente específica para el nivel, es escasa y los libros de historia para el nivel secundario son viejas ediciones, en general donadas por colegios o personas que apadrinan la institución, en buen estado de conservación pero cuyo contenido no se ajusta a los cambios o a las nuevas perspectivas, especialmente en lo que se refiere al pasado reciente. De los libros provistos por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, cuentan con algunos (pocos) ejemplares de autores como Torcuato Di Tella (“Historia del progresismo en Argentina”- 2001, “Historia social de la Argentina contemporánea” – 1998); Jorge C. Carretoni (“De Frondizi a Alfonsín” – 1998) referidos a Malvinas “La trama secreta” de Cardoso - Kirschbaum – Van der Kooy. En lo que refiere a la historia regional o provincial, los ejemplares con los que cuentan también pertenecen a los períodos iniciales de la historia chaqueña, aunque se están acercando, desde el Ministerio de Educación u organismos como la Comisión Provincial por la Memoria, algunos ejemplares como: “24 de marzo del ’76: El Golpe – De la dictadura de la impunidad a la justicia democrática” (2011), un informe de la Comisión de DD. HH. De la Cámara de Diputados del Chaco de 1985, referidos a la Causa Caballero (cárcel para diez policías y dos militares por torturas en la Brigada de Investigaciones de la Policía del Chaco, actual Casa por la Memoria) y la Causa Masacre de Margarita Belén (“una masacre contra el pueblo” como la definió el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel), causas emblemáticas del Terrorismo de Estado en la región. Aunque más lejano en el tiempo, sus protagonistas aún viven: Napalpí y el genocidio aborigen en Chaco, es una temática sobre la que abunda material para su tratamiento a partir de las entrevistas y del relato de Melitona Enrique, sobreviviente de la masacre, quien falleciera el 13 de noviembre de 2008 , el tema es abordado por autores como Pedro Jorge Solans (“Crímenes en Sangre” – 2007), Graciela Elizabeth Bergallo (“Ntonaxac – Danza en el viento, Memoria y resistencia Qom” 2009) Carlos Alberto Díaz – ZAID (El año de la Masacre” – 2009), Orlando Sánchez, poeta y compilador aborigen (“Historia de los aborígenes qom del Gran Chaco contada por sus ancianos” – 2008)

 La falta de publicaciones y diarios a los cuales acceder desde la localidad, impiden esta falta de relación con la historia reciente (nacional o provincial). Los periódicos llegan tarde, y son escasos. No existen librerías en la localidad (la más cercana se encuentra a 82 kilómetros, en la ciudad de P. R. Sáenz Peña).

 Entonces, ¿cuál es el marco de referencia explicativo y de información del que se valen los profesores para responder a los interrogantes sobre el tema en cuestión, sin dejar de lado ninguna de las múltiples dimensiones condesadas en esta? Es una pregunta cuya respuesta denota que es mucho el trabajo en cuanto a capacitación docente, específica, que debe realizarse en la institución y desde la institución.

 Cuando se les preguntó acerca de la capacitación específica, los docentes indicaron que buscaron informarse y formarse, para poder abordar de manera coherente y fundamentada el tema, tratando de llegar de la mejor manera al alumno de nivel superior.

·         ¿Cómo abordan la cuestión del pasado cercano los docentes del IES de Pampa del Infierno?

 Entrevistamos a los docentes Darío Manulak, Gladis Garcia y Vanesa Toma (docente nobel).

 Los tres coinciden en que, generalmente, en sus clases tratan temas relacionados a la Historia Reciente en dosis muy pequeñas. Ante la pregunta de por qué sucede esto, ellos respondieron que por un lado los limita el diseño y por otro que dictan espacios donde la historia del siglo xx está un poco alejada de sus contenidos a dictar.

 El pasado reciente es analizado desde el desarrollo de los contenidos dispuestos en los programas de estudio al abordar el período de la última Dictadura Militar (1976-1983) o el conflicto bélico de Malvinas (1982). Es decir, sujetos al “normal” desarrollo de los contenidos establecidos por el programa de estudios. Bien podrían analizarse aquí las palabras de Eric Hobsbawm: “la historia es siempre historia contemporánea disfrazada”. Como formadores de formadores, ¿estamos preparados para entenderlo y transmitirlo?

 Nuestros entrevistados ven como algo positivo el hecho de convivir con los protagonistas de esa historia pasada reciente, de poder contar con sus testimonios y conocer su versión de los hechos, como testigos directos. Es a través del programa Jóvenes y Memoria que se han recuperado voces de estos protagonistas, tanto en Pampa del Infierno como en localidades vecinas como Los Frentones y Concepción del Bermejo, especialmente voces de ex combatientes de Malvinas y militantes de las Ligas Agrarias. Más allá de que el programa está dirigido a estudiantes de escuelas de nivel medio, es pertinente a nuestra investigación ya que lo/as docentes que lo llevan adelante son egresadas del IES de Pampa del Infierno, incluso algunos fueron llevados adelante por estudiantes de la carrera de Historia que se encontraban cursando el último año del profesorado. Durante una de estas jornadas un invitado docente jubilado, militante de los ’70 y quien vivió de cerca la represión en Buenos Aires nos contó su experiencia, la cual resultó muy panorámica e interesante tanto para alumnos como para docentes presentes. Este tipo de experiencias suponen un acercamiento cabal a la historia oral y a su valor como insumo innovador y valioso.

 En cuanto al tratamiento de temas relacionados con la política, es inevitable obviarlos en el desarrollo de las clases, la cercanía de los hechos motivan a opinar y a tomar decisiones y formular planteos diversos.

 Los docentes también coincidieron en que los alumnos manifiestan cierto desinterés por el estudio (extenso) de hechos históricos lejanos en el tiempo (Egipto, Roma, Grecia, por ejemplo), lo cual motiva a desarrollar temáticas más cercanas en el tiempo.

 Desde estas experiencias, podemos rescatar que la enseñanza de la Historia Reciente se está instalando de manera gradual en las escuelas de nivel medio y en el nivel superior, en la provincia de Chaco, y que es un tema pendiente en las localidades del interior de la provincia, quizás debido a la lejanía con las grandes ciudades donde se ubicaron los hechos más resonantes, en especial aquellos relacionados con la última dictadura militar. 

 El problema mayor que pudimos detectar se refiere al bajo nivel de conocimiento (y comprensión) de historia argentina con que ingresan los alumnos al primer año de la carrera de  profesorado en historia, más allá de indicar cierto conocimiento sobre el Golpe Militar del `76, se muestran incapaces de precisar personajes, actores y/o procesos.

·          ¿Cuál es la posición de los alumnos del profesorado en Historia del IES?

 Llevamos adelante una encuesta entre los alumnos del 4to año del Profesorado en Historia, indagando acerca del conocimiento construido sobre la historia reciente, en su paso por la escuela secundaria, y el trayecto recorrido hasta ahora en el nivel superior. Cuando se les preguntó acerca del concepto que manejan de historia reciente, las respuestas de los alumnos de cuarto año del Profesorado en Historia fueron las siguientes:



Es decir, la idea general de que se trata de algo que sucedió en un tiempo cercano, sin profundizar en la incidencia de esos hechos en el presente y la cercanía de los protagonistas, los silencios creados alrededor y los conflictos que pudieran generarse por su abordaje.

 Cuando se le pregunto acerca de los espacios donde se encontraron con el concepto de historia reciente:



 Es claro que el mayor porcentaje no se enfrenta con la cuestión, fuera del ámbito educativo (y en el nivel superior). En el nivel secundario, el tratamiento que se hace del tema es también escaso, casi nulo y bastante confuso, de acuerdo a los resultados obtenidos:



Así como la confusión que tienen los alumnos, o la recurrencia de los mismos temas, casi exclusivos de la historia reciente: Golpe de Estado de 1976, Guerra de Malvinas.



 Por último, más allá de que ya remarcamos el hecho de que en la localidad no contamos con una variedad de periódicos o diarios, si se puede acceder a los medios virtuales, y observamos que nuestros alumnos no consultan con frecuencia estos medios de comunicación:



Por otra parte, un gran porcentaje del alumnado refirió que se encuentra más interesado en abordar (desde el profesorado) temas relativos a la historia argentina reciente, mientras que los que se inclinaban por la historia antigua o el abordaje de ambas se encuentran comprendidos en la otra mitad del porcentaje. Si remitimos al por qué de la preferencia, los que se inclinan por la historia reciente afirman que es porque no pueden encontrarle el sentido a la “historia antigua”, y sería más útil una historia “más cercana”

·         ¿Qué acciones se llevan adelante desde el IES para incentivar el acercamiento a la historia reciente?

Consultados algunos docentes y autoridades de la institución nos comentaron que a través del PEC (Proyecto Educativo Comunitario) se llevan adelante algunos talleres como por ejemplo el denominado “Taller Libre de formación La Última Dictadura Cívico-Militar en la Argentina” donde entre docentes, egresados y alumnos llevan adelante talleres en distintas instituciones educativas del medio. Estos talleres están enmarcados dentro de un Proyecto del INFOD sobre Memoria y Derechos Humanos al cual accedieron dichos alumnos por su constancia en desarrollar estas temáticas. También algunos docentes nos comentaron que realizan una jornada de Historia todos los años donde convocan a algunos investigadores para que comenten sus trabajos y donde también alumnos realizan ponencias y talleres. Por otro lado Desde la dirección de la Carrera de Historia se instó a los docentes, en especial aquellos de las áreas disciplinares, a que diseñen conmemoraciones para los distintos hechos de la historia argentina y local. También se intenta sacar a la Historia de las aulas promoviendo viajes de estudios históricos por la provincia y el país, donde los alumnos puedan entrar en contacto con los lugares donde ocurrieron los distintos hechos estudiados.

A todo esto contribuye en gran medida la apertura de los directivos y docentes involucrados y que colaboran constantemente a las iniciativas de este tipo.

 DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

  Como resultado del proceso llevado adelante, es innegable que es una cuestión “federal” el hecho de que gran porcentaje de estudiantes de las escuelas secundarias no encuentran sentido al aprendizaje de la historia, hecho este que tiene relación con  la lejanía con que es abordada desde las aulas (y donde recién en estos últimos tiempos se ven acciones prometedoras). Más allá de los cambios realizados a los diseños curriculares, se evidencia una discontinuidad en ellos a la hora de abordar y adecuar los contenidos a las particularidades regionales y a los intereses de los jóvenes. Esta es la “historia escolar resistente al cambio” mencionada por De Amézola.

 Si bien esto refiere a lo que sucede en el nivel medio, la pertinencia del presente informe es que, justamente, el 90 % de los profesores de Historia, Ciencias Políticas, Filosofía y Formación Ética que desarrollan sus tareas en los colegios de la localidad y alrededores, son egresados del IES de Pampa del Infierno, por lo que urge profundizar en el análisis y tratamiento de la cuestión, a los efectos de poder estar realmente incluidos e integrados a la vida democrática y su afianzamiento, como formadores de formadores.

 Entre las principales dificultades a la hora del tratamiento del tema tratado, uno de los grandes obstáculos con que contamos en el nivel superior es la falta de material bibliográfico y/o audiovisual actualizado, adecuado al nivel. Si bien los profesores de áreas específicas indican que buscan, por propia iniciativa, perfeccionarse y adecuar el material que ofrecen en sus cátedras, además de organizar con sus alumnos talleres a desarrollar en las escuelas secundarias, esta iniciativa no es extensiva a todo el personal de la institución, y estamos convencidos de que es un tema que atraviesa todas las áreas de formación.

 La conflictividad que supone el tratamiento de un pasado abierto, la cercanía de protagonistas presentes que genera cierto tipo de resistencias a la hora de investigar temas que pudieran ocasionar enfrentamientos entre los miembros de la comunidad (inevitables a la hora de abordar el pasado cercano), llevan a que, lo que se enseña de historia argentina reciente, sea encaminado hacia una temática general (Golpe de Estado del ´76, conflicto de Malvinas), nacional, sin profundizar en lo local. Y es aquí donde nos enfrentamos a otro de los factores que provoca el rechazo por la historia en nuestros jóvenes: la falta de identificación con lo sucedido (considerando que sólo se aborda el problema desde la lucha obrera, y no es una actividad que se desarrolle en la región), por lo que su tratamiento puede generar cierto morbo, o sentimientos de lástima (torturas, desaparecidos, hijos arrebatados), sin lograr la comprensión profunda del hecho en sí.

 Como líneas de investigación a seguir, podríamos analizar de qué modo se incentiva y dirige a los alumnos del profesorado en Historia (y por qué no, de los profesorados para nivel primario e inicial que se dictan en la institución) para llevar adelante un proceso de investigación, ¿los preparamos realmente para indagar e indagarse, para reflexionar acerca de los hechos de los cuáles son protagonistas?

 En una mirada positiva, en cierto modo el trabajo llevado adelante coincidió con el despertar del interés por aprender a dialogar con nuestros saberes, a partir del cuestionamiento sobre las prácticas, sobre la formación de los que estamos formando futuros profesores.

  Un aspecto que no ha sido abordado en profundidad en el proyecto es el de la Memoria, su significado y significancia, el lugar que ocupa a la hora de la reelaboración de los relatos locales y regionales. Bien pudiera ser otra línea de investigación.

RELATO DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN

   Llevar adelante este trabajo no ha sido tarea sencilla. Desde la elección del equipo ya resultó un trabajo importante porque había que confiar en alumnos y colegas que dispongan del tiempo necesario y la voluntad de llevar adelante esto. Formular el proyecto fue la parte más fácil si se quiere porque ya había una idea previa que venía latiendo desde hace tiempo en la mente del docente coordinador y uno de los docentes del equipo. Creíamos en un principio que el tratamiento de este tema redundaría en un conocimiento más cabal de hechos históricos todavía desconocidos para alumnos y docentes de nuestro entorno. Encontramos resistencias a la hora de prestarnos el tiempo para hablar sobre la temática ya que la mayoría de docente siempre estaba ocupado o no disponía del tiempo para una entrevista o encuesta. Por otro lado considerábamos indispensable llevara adelante esta investigación en nuestra zona porque visualizábamos un vacío conceptual importante en el aprendizaje de la Historia reciente. Su tratamiento implicaba ahondar en temáticas muchas veces eludidas por los colegas y por lo tanto desconocidas por los alumnos. A través de esta investigación también pudimos corroborar que no todos los docentes se hallaban abiertos a este tipo de experiencias, que no aportaban desde la colaboración ni desde la apertura. Hubo problemas para llevar adelante las encuestas ya que muchos alumnos no colaboraban de la mejor manera para realizarlas y se tuvo que andar rehaciendo algunas veces. Estas problemáticas nos ayudaron a comprender que no existía un hábito de llevar adelante encuestas ni entrevistas, que la disposición del docente como del alumno, si se llevaba adelante, se lo hacía condicionado por el tiempo y por ciertos prejuicios. Pudimos entender que nos faltan aprender a trabajar más en equipo, que todavía están muy latentes ciertas formas de trabajo individualistas que socavan las experiencias colectivas.  No fueron pocas las veces que se tuvo que recurrir a compensar algunas ausencias de algún integrante del equipo con el redoble de actividad por parte de otro integrante. Los tiempos se hicieron extensos e interminables a la hora de integrar actividades entre los integrantes del equipo. Aun así se pudo rescatar que no todas fueron pálidas: descubrimos que el tratamiento de ciertos temas generaban situaciones encontradas en algunos personajes testigos, hecho que generaba cierta emoción en quien investigaba. Descubrir que no siempre el atractivo de la Historia reciente se basaba en lo desconocido, ya que al conocerlo resultaba una experiencia dolorosa y tentadora del olvido. Tuvimos que luchar denodadamente contra el fantasma de lo desconocido y de lo lejano: fueron muchas las respuestas que oscilaron entre lo “eso sucedió lejos, allá en Buenos Aires”  como así también “por algo será que le pasó eso”: Esas incertezas convertían  en atractiva nuestra investigación pero del mismo modo se levantaban muros muy difíciles de atravesar. Supimos, después de ciertas etapas que la cosa no era tan fácil como habíamos sospechado al principio.

Nos reconforta saber que este tipo de investigación abre caminos donde otros no han pisado antes. No resolvemos todos los fosos; es más, han aparecido otros, pero estos motivan a seguir por la misma senda. Creemos que en las instituciones de nuestra zona están en pañales en este tipo de investigaciones, pero que se prefiguran tiempos promisorios, motivados por una política de derechos humanos nacional muy efectiva. Personalmente creemos que ha sido provechoso indagar en cuestiones antes desconocidas para muchos, incluso nuevas para nosotros. Nos deja un enriquecimiento personal amplio e interesante. Nos vamos con un acervo rico pero también con una mochila pesada en cuanto a las necesidades y carencias conceptuales. Pero ese justamente es el atractivo y el desafío para futuros proyectos de investigación que apunten a continuar con este o que ayuden a ampliar lo ya realizado. Nuestra institución necesita urgentemente de trabajos de este tipo que ayuden a dar claridad a ciertos ejes relacionados a la Historia Reciente ya que es una institución con un Profesorado de Historia nuevo y con ansias de ampliar su acervo bibliográfico.

                                                                                                                                      



[1] JARA, Miguel y FUNES, Alicia – “Democracia y ciudadanía en la enseñanza de la historia” – en “Enseñanza de la Historia Reciente” Malvinas, dictadura, ciudadanías, derechos humanos, crisis de 2001. ¿Qué efemérides? – NOVEDADES EDUCATIVAS – Colección Biblioteca Didáctica – Buenos Aires, 2014

[2] Ley Nacional de Educación Nº 26.026 – Título VI – Capítulo II – Art. 92, inc. C

[3] http://comisionporlamemoria.org/bibliografia_web/historia/Fossati.pdf

[4] http://jovenesymemoria.comisionporlamemoria.net/?page_id=24

[5] Ley Nacional de Educación Nº 26.026 – Título II – Capítulo IV – Art. 30, inc. B

[6] PEREYRA, Ana “Las representaciones sociales sobre el pasado reciente. Desde la educación en la obediencia hacia la educación en la memoria.” – en “Cómo enseñar la historia reciente hoy: estrategias para el abordaje educativo de pasados en conflicto” – Cursos – CAYCIT, 2011

[7] SCHAWARZSTEIN, Dora “Una introducción al uso de la Historia Oral en el Aula” en http://www.fhuc.unl.edu.ar/olimphistoria/2014/CAPACITACIONpresencial - 2014

[8] GRELE, Ronald J. “Movimiento sin meta: problemas metodológicos y teóricos en la Historia Oral” – en http://www.fhuc.unl.edu.ar/olimphistoria/2014/CAPACITACIONpresencial - 2014

[9] BORELLI, Marcelo – “Pasados en conflicto y enseñanza escolar” - en “Cómo enseñar la historia reciente hoy: estrategias para el abordaje educativo de pasados en conflicto” – Cursos – CAYCIT, 2011

[10] DE AMÉZOLA, Gonzalo – “Una historia escolar resistente al cambio” - en “Cómo enseñar la historia reciente hoy: estrategias para el abordaje educativo de pasados en conflicto” – Cursos – CAYCIT, 2011

[11]  MANCILLA, Fabián A.: La represión en Chaco antes de la última dictadura: Memoria e historia, un desafío permanente. Trabajo de investigación 2011, Avia Terai, Chaco.

[12] PEREYRA, Ana “Las representaciones sociales sobre el pasado reciente. Desde la educación en la obediencia hacia la educación en la memoria.” Cap. 4 “Sobre la genealogía de la representación estudiantil” – en “Cómo enseñar la historia reciente hoy: estrategias para el abordaje educativo de pasados en conflicto” – Cursos – CAYCIT, 2011

 

[13] GRELE, Ronald J. “Movimiento sin meta: problemas metodológicos y teóricos en la Historia Oral” – en http://www.fhuc.unl.edu.ar/olimphistoria/2014/CAPACITACIONpresencial - 2014

[14] DE AMÉZOLA, Gonzalo – “Una historia escolar resistente al cambio” - en “Cómo enseñar la historia reciente hoy: estrategias para el abordaje educativo de pasados en conflicto” – Foro Clase 1– Cursos – CAYCIT, 2011


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