PROYECTO DE INVESTIGACIÓN 2013-INFoD
(Proyecto aprobado y financiado)
Integrantes del Proyecto:
Director: Ruiz Krawczuk, María
Soledad
Docentes: Mancilla, Fabián
Antonio
Brizuela, Liliana Beatriz
Alumnos: Acosta, Fabián Walter
Montenegro, Mauro Marcelo
RESUMEN
La visión
del Pasado Reciente, tras la reapertura democrática, se ha visto fuertemente
promovida e incentivada (exceptuando la época menemista) por un estado que
asumió el compromiso con los Derechos Humanos. En esta línea, las orientaciones
educativas bajadas a las jurisdicciones buscaron estar en consonancia con esta
política, aunque desde la intención a la acción se pudo apreciar una realidad
en las aulas no siempre feliz. Si bien queda clara la necesidad de revisar el
pasado reciente como precondición para entender una Historia argentina más
completa y con un marcado sentimiento de resarcimiento moral, es también
importante reconocer que la escuela se encuentra en una encrucijada, obligada a
tomar posición frente a este proceso; ella sigue siendo la institución
privilegiada en la transmisión de la memoria social, aunque no siempre se halle
preparada para responder a los desafíos de las coyunturas históricas. Los
contenidos de la historia reciente muchas veces tienen una presencia
controvertida en la sociedad (de ahí la encrucijada), por lo que surge en los
educadores un gran interrogante: ¿cómo abordar la Historia Argentina Reciente
sin que ello implique la pérdida del compromiso con la verdad?
La tarea de los profesores de historia es
fundamentalmente la de orientar a los alumnos para que aprendan a pensar históricamente,
pero he aquí que el docente se hallará con realidades vírgenes en análisis y
debe contar con herramientas útiles para afrontarlas. El presente trabajo de
investigación buscó indagar acerca de las dificultades en el abordaje y
tratamiento de la Historia Reciente, dudas e inquietudes, estrategias
didácticas empleadas, olvidos u omisiones. Trabajamos en torno a preguntas
como: ¿Cómo se apropia el docente del concepto de Historia Reciente? ¿Cómo
afrontan estos la enseñanza de ese pasado cercano? ¿Qué estrategias didácticas
utilizan? ¿Qué contenidos enseñan? ¿Cómo los seleccionan? ¿Cómo interpelar los
discursos? ¿De qué manera se asume un hecho de marcada connotación política?
¿Cómo articular testimonios, contextos y conceptos? ¿Pueden los alumnos comprender
la complejidad del pasado reciente? La metodología implicó: observaciones,
entrevistas, encuestas y análisis bibliográfico.
Palabras claves: Historia Reciente – Memoria – Conflicto
INTRODUCCIÓN
Muchas sociedades, entre ellas la argentina
(y por influencia de las nuevas ideas historiográficas) desde hace unas décadas
atrás, comenzaron a preguntarse sobre los acontecimientos conflictivos de su
pasado cercano, reciente. En constante búsqueda, a partir de la reconstrucción
de ese pasado, de restos memorísticos que estructuren esa "memoria
dispersa" para llegar a una “Memoria global”, se apunta a identificar y
atacar las dificultades surgidas a partir de este proceso de enseñanza de la Historia
Reciente.
La relación entre la historia y la política, nacida
en los albores de nuestra patria y por lo tanto ampliada al sistema educativo, ha
sido determinante en la construcción de los modelos históricos que se aplicaron
durante el siglo XIX y XX en nuestro país. Este determinismo, muchas veces
arbitrario, ha seguido el ritmo establecido por los mecanismos de poder, en los
diferentes gobiernos de turno.
En la Argentina, las temáticas asociadas a
los derechos humanos universales, al estudio del pasado reciente argentino y a
la formación ética y ciudadana, ocupan un interesante lugar en el diseño
curricular nacional desde un tiempo a esta parte. Por ejemplo, la Ley de
Educación Nacional Nº 26.026, sancionada en 2006, indica: “Formarán
parte de los contenidos curriculares comunes a todas las jurisdicciones (…) el
ejercicio y construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos
y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el
terrorismo de Estado, con el objeto de generar en lo/as alumnos/as reflexiones
y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho y la plena
vigencia de los Derechos Humanos (…).
En nuestra provincia, Chaco, la aparición de
esos contenidos es bastante reciente por lo que dificulta su adecuada
utilización y su manejo todavía no es muy popular. No resulta tedioso aclarar
que si bien en los anteriores diseños curriculares jurisdiccionales de la
provincia del Chaco se hablaba implícitamente de Historia reciente, esto era
algo superficial, como algo dicho al pasar. En los Institutos de Educación
Superior su tratamiento se reduce, aun hoy, a cátedras dictadas en el último año del
profesorado de Historia (cátedra: Historia Argentina del siglo XX), algo muy
escaso para el contexto de una carrera Humanística. Recién a partir del 2012 se
incorporan a los diseños para nivel secundario unidades curriculares
específicas que tratan sobre esta temática.
Ante este cuadro, es inevitable el abordaje de
estos tópicos, aunque del mismo modo pueden surgir interrogantes a las
complicaciones que pudieran traer aparejadas y que claramente las enuncia Fossati:
“¿Por qué deberíamos buscarlas, hacerlas
emerger de del pasado en el cual están escondidas?”
Aun así, digamos que la enseñanza del pasado
reciente en los colegios secundarios de Pampa del Infierno, exceptuando los
espacios específicos (en horas muertas y sólo en los cursos más altos), solo se
redujeron a Talleres libres de Formación
y al Programa “Jóvenes y Memoria” dependiente
de la Comisión Provincial por la Memoria de la Provincia del Chaco. En este contexto la creación en el año 2002 de
la Comisión Provincial por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, bajo el
lema “Recordamos para el Futuro”
visualizó a la escuela como potenciadora para abordar temas de la memoria.(…) Otra cuestión interesante acerca del programa, es que busca que
las historias sean “locales”, abordándolas desde la proximidad e individualidad
y teniendo en cuenta que lo local está ligado al trabajo identitario. Lo
innovador de esta propuesta es que apunta a la curiosidad de los jóvenes para
la indagación sistemática, metódica, de ese pasado que le es propio, pero del
que no sabe nada (más allá de lo que le transmiten los adultos).
¿Por qué resaltar la importancia de ésta forma
de conocer la historia reciente? Justamente, la particularidad de que las
historias reelaboradas deben ser locales (cercanas, cuyos protagonistas aún viven
y que, inevitablemente, generan opiniones encontradas dentro de la comunidad), porque
evita que la información que se obtenga sea más el producto del mercado
cinematográfico que realmente de una verdad histórica. Sumemos a esto la
distancia en el tiempo, que decididamente complica la forma de involucrarse con
la memoria, y por otro la distancia espacial un poco más accesible. Por
ejemplo, es muy difícil para los jóvenes comprender el proceso de formación de
la clase obrera, los sindicatos, sus luchas, cuando en la zona no existen
fábricas, es más cercano a ellos hablar de Ligas Agrarias. Pero es más común
encontrar en escuelas y colegios de la localidad material educativo referido a
las luchas del movimiento obrero.
Más tarde, y
en un tímido abordaje de la cuestión, en el Instituto de Nivel Superior de nuestra localidad se realizaron
monografías y ensayos sobre el tema en unidades curriculares como Historia
Argentina del siglo XX y, además se llevaron adelante jornadas con indicios
prometedores que pudieron allanar
nuestro camino de investigación (es justo aclarar que dos de los integrantes
del proyecto de Investigación trabajan en escuelas de nivel medio; los
restantes en Nivel superior y como alumno de la carrera de Historia).
Volviendo a nuestra Ley Nacional de Educación,
resulta necesario y vital recordar uno de sus objetivos perseguido, cuando
dice: “formar sujetos responsables, que
sean capaces de utilizar el conocimiento como herramienta para comprender y
transformar constructivamente su entorno social, económico, ambiental y
cultural, y de situarse como participantes activos/as en un mundo en permanente
cambio”.
Teniendo en cuenta esto, es más que
clara la finalidad de la formación docente, descripta en el artículo 71 de la
mencionada Ley: “(…)preparar
profesionales capaces de enseñar, generar y transmitir los conocimientos y
valores necesarios para la formación integral de las personas, el desarrollo
nacional y la construcción de una sociedad más justa. Promoverá la construcción
de una identidad docente basada en la autonomía profesional, el vínculo con la
cultura y la sociedad contemporánea, el trabajo en equipo, el compromiso con la
igualdad y la confianza en las posibilidades de aprendizaje de los/as
alumnos/as.”
Las problemáticas históricas, temáticas
recurrentes en la práctica política en nuestro país, no han quedado en el
pasado, constituyen (o deberían constituir) una parte fundamental de la
enseñanza de la historia, donde la inquietud acerca de los derechos humanos
debe tener un lugar central cuando hablamos de Historia Reciente.
Teniendo en
cuenta que la necesidad de referirnos a ese pasado reciente, parte del hecho de
ser un pasado traumático, que debe ser rescatado de la manera más completa
posible para ayudar a superar dificultades, omisiones y falacias en su
tratamiento, además de permitir la construcción del sentido para lograr una
verdadera comprensión del pasado, para de esta manera generar los medios para
impedir su regreso.
Tratamos de conocer a través de la presente
investigación las representaciones sociales de los estudiantes de la carrera de
Historia del IES de Pampa del Infierno, y cómo abordan, a partir de la
formación recibida, la enseñanza de la Historia Reciente, de ese pasado aún
latente.
Ahora bien: de ese pasado un gran porcentaje
de las fuentes son testimonios orales; otros, testigos oculares, testigos que
sobrevivieron a un hecho cruento. El testimonio oral tiene la particularidad de
ser una construcción que se constituye en fuente artificial (surgida de la
interacción entrevistador-entrevistado), por lo que deben tomarse ciertos
recaudos a la hora de utilizarlas, sin perder de vista que las fuentes, del
tipo que sean, son meros instrumentos para elaborar la historia.
El uso de las fuentes orales permite el
reconocimiento del entorno en el que sucedió, y del cual ambos actores forman
parte (entrevistador-entrevistado), y posibilita además un estrechamiento de la
relación existente, o que se conforme a partir del primer contacto.
A pesar del rechazo en algunos historiadores
sobre la validez representativa (estadísticamente hablando) de los
entrevistados, podemos alegar que la historia oral selecciona a los
entrevistados no por el simple hecho de representar una norma estadística, sino
porque tipifican un proceso histórico, remitiendo a cuestiones reales
historiográfica, y no estadísticas.
Entonces: ¿cómo seleccionar el relato
mnemónico que debe privilegiarse?; ¿cómo abordar ese pasado en el aula, sin que
desaparezca su complejidad?; ¿en qué consiste el "deber" de la
memoria?; ¿cuál es la connotación política de los contenidos seleccionados a
enseñar?; ¿es posible el abordaje de ese pasado aún abierto, en la escuela?;
¿pueden los alumnos apropiarse de esa complejidad, pueden construir una mirada
del pasado desde una perspectiva histórica? Son muchos los interrogantes que se
conjugan a la hora del trabajo áulico, y es la falta de respuesta lo que
detiene a los docentes en la tarea de acercar a los jóvenes a esa Historia
Reciente.
“Los
docentes ya no son el centro de la cultura, pero sí sus bordes” (Michael de Certeau)
ANTECEDENTES
La enseñanza de las Ciencias Sociales,
específicamente de la Historia, se ha visto cuestionada en los últimos tiempos
por la mayoría de los estudiantes de nivel medio, que no ven en ella mayor
utilidad que la de conocer fechas, nombres, hechos, resultado de una Historia
que ha permanecido, como materia de enseñanza, anclada durante mucho tiempo y
que se resiste al cambio, en una sociedad en constante transformación.
Situación a la que no permanecen ajenos los institutos de educación superior,
particularmente nos referimos a la situación por la que atraviesa nuestro
instituto, donde formamos a futuros profesores de Historia.
Citando a Marcelo Borrelli,
es evidente que los cambios drásticos en los sistemas políticos y culturales de
las últimas décadas fueron decisivos para que actualmente el futuro aparezca
como un espacio de tiempo incierto, y las comunidades exploran en su pasado las
certezas que el futuro no ofrece: en el pasado reciente lo hacen las sociedades
nacionales democráticas que deben reconstruirse desde un pasado traumático y
refundar en el presente los valores democráticos. Es la escuela la responsable
de rescatar ese pasado y transmitirlo a las nuevas generaciones.
Gonzalo de Amézola
nos refiere una "historia escolar resistente al cambio", e intenta
identificar las razones por las cuales las ideas de cambiar y mejorar la
enseñanza en las escuelas argentinas ha tenido resultados tan limitados,
específicamente en la Historia, citando para ello los trabajos de Raimundo
Cuesta y Pilar Maestro. Nuestro autor nos dice que el pasado cercano ya estaba
incluido en la escuela (1993), pero los contenidos en el currículum oficial
eran reducidos, y ubicados al final de programas y textos. Fue necesaria una
Nueva Ley de Educación para que esta situación cambiara en parte. Al respecto,
y adentrándonos un poco más en nuestra realidad provincial, se han desarrollado
trabajos como el del integrante del equipo de investigación: Mancilla, Fabián
A.
(2012): “La represión en Chaco antes de
la última dictadura militar: memoria e historia, un desafío permanente”, donde
se trata de indagar sobre cuestiones casi poco trabajadas y con nula
bibliografía de nuestra historia cercana; aquí las dificultades surgieron como
un manantial ya que para la obtención de datos, su cotejo y decantación se
debió realizar un trabajo no carente de problemas y oscuridades. En fin,
dificultades propias de una historia cercana y donde lo oral funciona como casi
como único insumo a elaborar. Todos estos trabajos funcionan como manos tendidas,
como báculos que hagan de sostén a la hora de identificar problemas y abordar
las oscuridades, voces cristalinas que ayuden a responder cuestiones como ¿a
qué llamamos Historia Reciente? ¿Desde qué tiempo hacia atrás podemos hablar de
Historia reciente? ¿Qué es la Historia del tiempo presente? Es un primer punto,
vital que trabajamos con los docentes durante nuestra investigación.
En su obra "Una Historia incómoda. La enseñanza escolar de la Historia en
Tiempo Presente" Gonzalo De Amézola intenta dar un muestreo de las
diversas ideas con que define este concepto tan conflictivo como atractivo.
Por otra
parte, Vera Carnovale arroja un poco de luz sobre los problemas que se
presentan en la enseñanza de la Historia Reciente, ensayando algunas
estrategias para su abordaje, identificando una brecha en los modos de abordaje
y enfatizando el carácter ritual de los actos conmemorativos frente a el
"deber de la memoria", demostrando la posibilidad de su tratamiento a
través de la articulación entre testimonios, contextos y conceptos.
Federico Lorenz, en "El pasado reciente en la Argentina: las difíciles relaciones
entre transmisión, educación y memoria", vuelve a lugares comunes con
los autores antes citados, destacándose en él la inquietud de generar puentes que
permitan transitar por ese pasado conflictivo, uniéndolo al presente. Ya
hablamos de un "pasado-presente", de un pasado que permanece abierto,
y he ahí su conflictividad y la dificultad de su abordaje, como así también los
miedos y dudas que se generan en los educadores que conocieron o fueron parte
de ese pasado traumático.
Un punto desarrollado por los autores
consultados, y que intentamos identificar en la concepción que de él tienen los
docentes y alumnos a entrevistar y/o encuestar, es la idea o concepto que
manejan con respecto a la Historia y a la Memoria, conceptos cuya función no
aparece demasiado delineada entre los diferentes actores. Son imprescindibles
aquí los trabajos desarrollados al respecto por Sandra Raggio, Pilar Maestro,
F. Lorenz, y Gonzalo De Amézola.
Con respecto a las dificultades que enfrentan
los docentes a la hora de enseñar el pasado reciente, si bien una de las
fuentes consultadas refiere a un trabajo de investigación llevado adelante en
la provincia de Buenos Aires, resulta útil para nuestra investigación, Ana
Pereyra propone tres razones de diferente temporalidad que estructuran el
imaginario estudiantil: la visión de la sociedad como algo homogéneo y único,
centrando todo la idea de Nación, siendo el objetivo primordial de la enseñanza
de la historia la formación de la identidad nacional, mediante el despliegue de
ritos, símbolos patrios y representaciones materiales, buscando la integración
cultural a través de la transmisión escolar de una lengua y valores
patrióticos. Esta idea de nación que nos identifica hoy es rechazada. El
segundo punto hace referencia a la reciente inclusión de la historia reciente
en los diferentes diseños curriculares y a la réplica de las características
conmemorativas ligadas a las efemérides patrias (los textos escolares
mantuvieron hasta la década de los `90 una clave nacionalista y militarista,
muchos de esos textos se utilizan en nuestras escuelas, todavía). El punto a
resaltar aquí es que la Ley Federal de Educación (1993) le da prioridad al
tratamiento de la Historia Reciente, pero no orienta ni da especificaciones
acerca de las modalidades de enseñanza (en general, las iniciativas se
inclinaron a instituir fechas claves para ratificar el repudio a los militares
y a la dictadura). La tercera razón tiene que ver con el hecho de las internas
entre los historiadores a la hora de la producción historiográfica referida a
este período (liberales y revisionistas), “(…)
con estas obras de divulgación como recursos o fuentes disponibles (…) la
enseñanza de la historia reciente quedó entrampada (…) en la distancia entre
los intereses inmediatos de la cultura juvenil y los propósitos enciclopédicos
(…)
En este punto ¿cuál es nuestro fin como
formadores de formadores? La función de los docentes (particularmente los
docentes de historia) es la de promover en los jóvenes la búsqueda de sentido
para la ruptura de estereotipos (héroe-antihéroe), orientándolos hacia la
consecución de una democracia política genuina. La comprensión de los procesos
históricos requiere de una perspectiva práctica, que interrogue permanentemente
a docentes y estudiantes, que los orille al cuestionamiento fundado, a la
investigación para la reelaboración (o no) de esa historia reciente.
Tomemos ahora la cuestión de la cercanía de
los estudiantes con ese pasado reciente, la relevancia de los relatos y las
memorias cercanas construidas en torno al mismo y la propuesta de libros y
medios de comunicación que se presentan como resumen de una época trágica de la
historia argentina, regodeándose éstos últimos en detalles escabrosos (cuestión
de mercado, simplemente). Raggio, Sandra
(2011)” ¿Historia o Memoria en las Aulas?”
hace referencia a la intervención de la escuela en el proceso de elaboración
del pasado reciente, como ésta se ha ido acomodando a los cambios de época y a
los mecanismos que debió accionar para formar ciudadanos democráticos, debiendo
abordar contenidos ligados al pasado reciente acontecido, del cual muchos
habían formado parte, y que ponía en juego su propia historia. Raggio refiere
aquí a lo desarrollado a partir del Programa Jóvenes y Memoria, programa llevado adelante por la Comisión por la
Memoria de la provincia de Buenos Aires (mencionado anteriormente), con la
propuesta dicho programa ha permitido observar que “el pasado también le pesa a la
escuela”, entonces, nos encontramos con silencios y posiciones
encontradas que suceden no solo fuera del ámbito escolar (en la comunidad),
sino también dentro de él. “La frontera
entre lo decible y lo indecible, lo confesable y lo inconfesable, separa (…)
una memoria colectiva subterránea (…) de una memoria colectiva organizada que
resume la imagen que una sociedad mayoritaria o el Estado desean transmitir e
imponer.” Pollak (2006).
Desde el año 2010, este programa se ha
llevado adelante en la provincia del Chaco, generando expectativas,
controversias y mucha curiosidad (especialmente desde la mirada de la
juventud). Un resumen de la propuesta: éste programa se propone, por un lado, renovar
la forma de enseñar y aprender ciencias sociales, fortaleciendo
espacios curriculares ya existentes en la educación formal. Por otro, activar
el proceso de construcción y transmisión de la memoria colectiva como forma de
afianzar los valores en derechos humanos, las prácticas democráticas y el
compromiso cívico crítico de las nuevas generaciones. Se trata de impactar sobre la subjetividad de los
jóvenes, en sus formas de percibir el presente y en la capacidad para
pensarse como sujetos autónomos, consientes y responsables de sus opciones y
prácticas. En torno al eje “Autoritarismo y democracia”, se propone el abordaje
de la historia reciente en la escuela, a partir de una premisa básica: que sean los alumnos los que se apropien significativamente de las
experiencias pasadas. Es una propuesta interesante, que debiera hacerse
extensiva (o tener su equivalente) al nivel superior.
Por último, está la cuestión de la validez de
las fuentes orales como insumo principal (en general, único) para la reconstrucción
del pasado reciente. En general, las críticas formuladas a la historia oral
son: la preparación del entrevistador, los niveles de investigación y la
cuestión metodológica. Cuestiones sobre las que se están trabajando y el debate
es arduo.
A modo de ejemplo, la provincia del Chaco fue
escenario del juicio a los genocidas que actuaron aquí durante la última
dictadura militar, con el resultado de 8 condenas a cadena perpetua por la
Masacre de Margarita Belén y 12 condenas a 25 y 15 años por torturas en el CCD/
Brigada de Investigaciones/Alcaidía. Fue también resonante el caso del nieto
recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo número 94, Martín Amarilla Molfino;
a pesar de ello, existe cierta resistencia en las voces de pueblos del
interior, donde quizás los acontecimientos de aquella época han pasado casi inadvertidos,
y es aquí donde chocan los relatos locales con los que se observan en los
medios de comunicación, y los canalizados (escasos) a través de la enseñanza en
las aulas. El “aquí no pasó nada”, es la respuesta casi generalizada cuando se
pregunta al respecto y es por ello que el abordaje de la propuesta del Programa
Jóvenes y Memoria resulta vital a la hora de realizar esa conexión necesaria,
no sólo con el pasado reciente, sino también con cada una de las localidades
como parte de la historia de la provincia y del país (y no como simples partes
aisladas). Pero la tarea que debe afrontar el docente que se involucre en la
propuesta, es más que complicada. Existen presiones desde el interior de la
escuela y también desde la comunidad: hay una sensación de recelo en la mirada
de la sociedad local. En mi experiencia en el proyecto, fui testigo de
testimonios de docentes que expresaban esta situación: “año pasado trabajamos
investigando el tema de las Ligas Agrarias, el trabajo fue muy bueno, hicimos
un corto que después se lo mostramos al resto de la comunidad. Pero algo paso
en las vacaciones, porque ahora los padres de muchos de los chicos que
participaron, ya no quieren que lo sigan haciendo. Tenía pensado continuar con
el mismo tema, pero ahora no sé…” (Testimonio de una docente, durante el Taller
de Coordinadores, en el Encuentro Regional del Programa Jóvenes y Memoria
llevado a cabo en la localidad de Presidencia Roque Sáenz Peña, agosto 2011).
MARCO TEORICO
¿Para qué
enseñamos Historia? ¿Para qué enseñamos Ciencias Sociales? Son preguntas cuyas
respuestas, a la luz de las nuevas realidades, no son fáciles de hallar, pues
la permanente discusión y revisión de esta Historia cercana, y sin la claridad
de la “Hermenéutica de la distancia” riqueriana, la hacen más oscura y difícil.
Aun así, creemos que la importancia del
conocimiento pretérito, de nuestra historia más cercana, de esta Historia
Reciente, viene a llenar huecos y deudas morales y a trazar caminos didácticos
que redunden en la idea de que “todo pasado nos enseña”, que todo pasado cuenta
con indicios que puedan ayudar a construir futuros menos erráticos.
En nuestro
país, como ya lo dijimos, con el advenimiento de la democracia en 1983, los
nuevos lineamientos en materia de política educativa han dado paso a la
necesidad de abordar un pasado aún abierto, y por ello más conflictivo; dicho
de otra manera, se recurre a analizar una Historia del Tiempo Presente, un
pasado que no pasa, y que esa aparente confluencia temporal la hace más
atractiva pero no por ello engorrosa. Pero la idea de nuestra investigación no
se reduce a conflictos nominales de este periodo, intentamos, más allá de dar
con las dificultades y problemas al abordar esta Historia (objetivo primordial
de este trabajo) a considerar y proponer posibles cronologías adecuadas a los
periodos y lugares donde aconteció el hecho histórico (analizar la “Masacre de
Margarita Belén” en Chaco requiere de una mirada más localista por más que esté
enmarcada dentro del “Proceso…” a nivel nacional), delimitar ese "pasado
cercano" en la medida de lo posible. Este paso será necesario para
trabajar con certezas que brinden una mayor claridad a los contenidos de esa
historia cercana, para que a la hora de bajarlos, los alumnos de Nivel medio y
Superior se encuentren con más brillos que oscuridades.
De Amézola,
respondiendo a la inquietud de Manuel Nuosci
sobre la falta de preparación inicial del docente de Historia, refiere a la
tendencia reformista de superpoblar el plan de estudios con temas generales de
las ciencias de la educación (ante la variedad de problemas que se deben
afrontar en la escuela), en desmedro de la formación específica en las
disciplinas (subrayado propio) que el profesor debe enseñar, entonces, “si los profesores no conocen su materia como
para poder dar respuestas flexibles a los intereses y a las preguntas de los
alumnos, se convierten en algo más parecido
a animadores socioculturales (…) que a profesores.” Los docentes no estamos preparados, mejor
dicho, no somos preparados para lograr el acercamiento a una historia
investigada, tal como lo refiere la docente Silvia García
en su pregunta:”¿hasta qué punto la
docencia está preparada y puede abordar y dar explicaciones de ciertos hechos
profundamente traumáticos, cuando aún ciertos protagonistas y/o sectores
involucrados en la historia reciente de nuestro país, no han realizado la
autocrítica suficiente de los hechos sucedidos?(…) hay algo de cerrazón,
intolerancia o negación en algunos sectores u organizaciones involucradas en la
militancia de los setenta, que cada vez que se plantean determinados aspectos
de ésta, te saltan a la yugular, abortando la posibilidad de repensar los
desaciertos cometidos”. Si a esto le sumamos que un docente “promedio”
conoce vagamente el material bibliográfico sobre los años ’70 que ha aparecido
en forma abundante en un corto lapso, y que si lo quisiera conocer necesitaría
un tiempo del que no dispone para su lectura, recursos para acceder a ellos y
tiempo adicional para poder realizar una adecuada trasposición didáctica ,
el problema de una adecuada tarea docente se agrava.
Me permito aquí ejemplificar la cuestión del
problema en la formación inicial de los docentes de Historia: “La vuelta a la democracia con los radicales
no sirvió para nada, mi papá todavía se acuerda de que ya estaban verdes de
tanto comer lechuga porque para otra cosa no alcanzaba la plata…”
(Comentario de una alumna de 4to año del Profesorado en Historia, durante una
clase de Historia Argentina), demostrando la carencia de información y
formación de la estudiante.
Basualdo-Aruguete, en “Argentina:
de la dictadura militar a la crisis, 1976-2001.Una mirada desde la historia
económica" (2007), detalla el
proceso de vaciamiento económico, al que fue sometido el país, herencia que
recayó sobre el nuevo gobierno, electo legítimamente en 1983.
Pero, la Historia económica no se encuentra
en el plan de estudios del profesorado, y la postura de la futura docente no
fue cuestionada.
El olvido aparece más que arraigado en
algunos ámbitos, rellenando espacios de la historia con la espectacularización
de los acontecimientos históricos, en palabras de Umberto Eco: “la espectacularización de los
acontecimientos históricos reciente los entrega a un pasado mitológico, una
ocasión para entretener, no un pasado para reflexionar (…) tenemos, de un lado,
la reflexión científica para pocos), del otro, el espectáculo (para todos).Lo
que nos faltó es precisamente un espacio de reflexión no especializada, a la que
quizás pudo haber entregado a la escuela, no tanto con el último capítulo de
los manuales de historia, sino con una más intensa educación cívica…”
Esas certezas mencionadas anteriormente
constituyeron la meta de este trabajo. Decíamos que por medio de distintos
recursos y metodologías intentaremos responder a esos cuestionamientos
planteados al principio. Llegar a conocer cómo, cuándo y porqué, sería un paso
importante en el conocimiento sobre el manejo de los contenidos históricos de
ese pasado reciente y a la vez lejano por su conflictividad. En plena
conciencia de que en el desarrollo de esta investigación nos chocaríamos con
elementos y conceptos muy discutibles y reelaborables, como por ejemplo el
concepto de “Pasado traumático”, nos propusimos responder el siguiente
interrogante: ¿traumático para quién?, además, si estableciéramos un límite de
tiempo (cronológico), ese pasado reciente tendría "fecha de
vencimiento". Concluimos que son los propios actores, su apreciación, los
que reconocen cuáles son los procesos que forman parte de la llamada
"Historia Reciente".
También sabemos por la experiencia
bibliográfica y de trabajos personales, que en determinado momento dos
conceptos se acercan y se tocan finamente: la Historia y la Memoria. El
investigador que se dedica a la historia reciente se encuentra en un permanente
estado de tensión y se ve obligado a replantearse muchas veces sus
perspectivas, su propia posición con respecto a ese pasado presente, intentando
diferenciar historia y memoria, fuente y testimonio. Para este caso en
particular, la Memoria podría definirse como "un proceso activo de
construcción simbólica y elaboración de sentidos sobre el pasado", con una
doble dimensión, privada y pública (o colectiva). En las últimas décadas ha
cobrado fuerte impulso el acto de "hacer memoria", originándose un
fuerte debate en distintos ámbitos. ¿Qué "memorias" rescatar?;
¿Quiénes son las "victimas"? ¿Cómo establecer la validez de un
testimonio? ¿Qué rol cumplen los "olvidos"? Al respecto, y
diferenciando Historia y Memoria, Pierre Nora sostiene: "(...) la memoria
es vida, mientras que la Historia es reconstrucción (...) La memoria es un
fenómeno siempre actual, un lazo vivido en presente eterno; la Historia, una
representación del pasado..."
Toda esta problemática
implica un arduo desafío, una constante discusión entre “lo que se debe” y “lo
que se puede”, entre “cómo se debería” y “como se lo hace”; presentimos que
estos conceptos conflictivos necesitan de una investigación detallada, de un
análisis que ayude a encontrar respuestas o en su defecto herramientas que nos
ayuden y ayuden al docente y alumno a trabajar con la ventana abierta. Los
docentes, a diferencia de los historiadores, no permanecen aislados de esos
actores vivos de la historia presente, conviven con ellos, pueden ser
interpelados y/o confrontados si consideran sus relatos tergiversados (en su
opinión subjetiva). Además, las políticas oficiales de memoria no siempre
coinciden con la visión que el docente tiene acerca del pasado reciente, existiendo
en cada escuela una disparidad de visiones y confrontaciones entre docentes
padres, alumnos, siendo esta una realidad, una situación concreta con la que el
docente debe lidiar al abordar la enseñanza de la Historia reciente. El pasado
cercano aparece incorporado a la escuela como un pasado sangrante, doloroso,
que idealmente se trata de procesar y superar, pero que en la práctica se
termina banalizando y convirtiendo en un "show del horror" (Lorenz,
F., "El pasado reciente en la Argentina"); intentamos con este
trabajo evitar estos cuestionamientos, que todo sea tomado en su justa medida, y responder aunque sea en parte, a los
cuestionamientos iniciales.
METODOLOGÍA
La
investigación que llevamos a cabo (basándonos evidentemente en indicios previos)
apuntó a precisar las dificultades a la hora de abordar y enseñar temáticas
referidas a la historia argentina reciente, usando como metodología la lectura
inicial de todos los autores que pudimos reunir y que hablan sobre la cuestión,
teniendo como punto de partida los cuestionamientos surgidos a partir de la
poca información (cuando existe) que manejan los alumnos egresados del nivel
medio y que inician la carrera del profesorado en Historia, analizando además
cuál es el estado de la cuestión en los alumnos del cuarto año del profesorado.
Luego de intercambiar ideas de lo leído y del
primer sondeo realizado entre los jóvenes, por parte de los miembros del equipo
de investigación, y con algunas ideas más claras nos abocamos a la
identificación de los posibles conflictos o dificultades que pudieran surgir a
la hora del abordaje de esos temas.
Nos pareció necesario también realizar un
seguimiento de los docentes con los cuales trabajamos: en primer lugar nos
enfocamos en los docentes del área específica de Historia Argentina, buscamos
conocer un poco su trayectoria profesional (lugar de origen, en qué institución
se recibió, años de antigüedad, cursos que realizó sobre la temática, niveles
en los que trabaja, etc.), su relación con los cursos en los que dicta clases,
relación con sus pares.
Después del seguimiento al docente, a manera
de entrevistas, observamos algunas clases que más bien fueron talleres donde se
trabajó la temática y luego fueron bajados a distintos talleres realizados por
los alumnos del IES en las escuelas de nivel medio de la localidad y zonas
aledañas.
Para conocer cuál es la visión que tienen los
alumnos del IES acerca de la historia reciente, de acuerdo a su trayectoria en
la escuela secundaria y en el nivel superior, elaboramos encuestas y
entrevistas, teniendo como eje las palabras claves Historia Reciente, Memoria,
Olvido. También llevamos adelante charlas debates en algunos cursos
(aprovechando por ejemplo que un integrante del equipo dicta una cátedra de
Historia Argentina del siglo XX en 4º año del Profesorado de Historia).
Para ser más específicos, diremos que las
observaciones de clases se hicieron en los espacios donde se dicta Historia
Argentina en el Nivel medio (3º y 4º año) y en cátedras de la carrera de
Historia (2º año, Problemática de las Cs. Sociales; 4º año, Historia Argentina
del siglo XX; 3º año, Ciencias Políticas). Dichas observaciones se
corresponderán con el cronograma establecido, previo diálogo con los docentes
responsables, y cuando la temática sea abordada según la planificación de cada
docente.
Las Unidades
de análisis fueron los establecimientos de Nivel Medio de la localidad): U.E.P.
Nº 39, E.E.S. Nº 63 y E.E.S. Nº 142 (entre las tres instituciones podríamos
decir que albergan cerca de 3 mil alumnos, de los cuales solo fueron observados
un número aproximado de 200 correspondientes a 3º y 4º año) y el Instituto de
Educación Superior Pampa del Infierno (el único en la localidad; aquí el número
desciende a 50 alumnos aproximadamente, siendo encuestados 18 alumnos del 4to
año del profesorado en Historia, de las cohortes 2013 y 2014).
Luego de
obtenidos los datos procedimos a organizarnos para su evaluación (un grupo
evaluó encuestas y entrevistas; otro evaluó los debates realizados y realizó
informes).
La búsqueda tendió a encontrar las variables y
las constantes que nos permitieran acercarnos a una conclusión acerca del
estado de la enseñanza de la historia reciente, el abordaje que de ella se hace
en el nivel superior, intentando discernir las razones por las que nuestros
egresados, profesores en Historia, no logran cautivar a los adolescentes del
nivel medio en lo que respecta al abordaje de la historia; y así, elaborar sugerencias y propuestas acordes a
las dificultades y necesidades
resultantes.
Análisis e interpretación de datos
En este punto, construimos el relato
a partir de cuestiones que fueron surgiendo a medida de que transitamos el
camino de la investigación, y que posibilitaron la profundización de cuestiones
como: noción que tiene de Historia, pasado cercano, historia reciente, tanto
profesores como alumnos en el nivel superior; material bibliográfico que se
maneja normalmente en las escuelas y colegios, y en la institución en cuestión.
Colaborar en la construcción de un
relato que ponga en escena los hechos que constituyen el pasado reciente,
teniendo como interlocutores a las nuevas generaciones, en estrecha relación
con la parte protagonista de esa historia, resulta una tarea desafiante, que
despierta manifestaciones de adhesión, de llamados de atención y de recelo a la
hora de su abordaje.
·
¿Con qué material contamos en
el IES de Pampa del Infierno para el abordaje de la Historia Reciente?
El primer paso fue hacer un relevo
de la bibliografía y todo material didáctico, referido a ésta temática, que se
maneja en la biblioteca del IES de Pampa del Infierno. Teniendo en cuenta que
la carrera del Profesorado en Historia es relativamente nueva (inició en el año
2007), el material específico es escaso, más aún en lo que a historia argentina
reciente se refiere. Es decir, los primeros egresados de dicha carrera tuvimos
(particularmente, dos de los integrantes del equipo pertenecemos a la primera
cohorte – 2010) una escasa formación sobre el pasado reciente argentino.
Desde el Ministerio de Educación
se ha distribuido material, como la Colección “La enseñanza del Pasado Reciente” Pensar Malvinas, Pensar la
Dictadura, Pensar la Democracia (2da edición, 2014), dentro del Programa
Educación y Memoria, como así también: “Holocausto.
Preguntas, respuestas y propuestas para su enseñanza”, “Memorias en Fragmentos
– Miradas sobre el Holocausto – Shoá”, “Treinta ejercicios de Memoria – A
treinta años del Golpe”. De la colección Educación y Memoria, se encuentran
ejemplares como “La última dictadura
militar en Argentina” Entre el pasado y el presente – Propuestas para trabajar
en el aula, de Sandra Raggio y Samanta Salvatori (2010); “Testimonios para nunca más – de Ana Frank a
nuestros días” de Héctor Shalom y Silvina Chemen (2008). Podemos ver que
paulatinamente la biblioteca se fue nutriendo de material suficiente para
llevar adelante la enseñanza del pasado reciente argentino, pero la gran
dificultad reside en la falta de formación concreta y específica de los
docentes (en general, ya que consideramos de vital importancia la
transversalidad de la temática, para un mejor tratamiento y comprensión).
Capacitación no sólo en lo que se refiere al conocimiento de los hechos en sí,
si no en perder el miedo a abordar ciertos temas conflictivos, trabajar el
diálogo y la tolerancia, el cuestionar y cuestionarse, sin pasiones partidarias,
si con convicciones y fundamentos.
La Biblioteca Pública N° 83 “Adolfo Bioy
Casares” funciona pegada a la institución, y es masiva la consulta que realizan
los alumnos, en todo momento, y la colaboración de los docentes con el IES, por
lo que también hicimos un análisis del material con que cuentan.
La bibliografía estrictamente
específica para el nivel, es escasa y los libros de historia para el nivel
secundario son viejas ediciones, en general donadas por colegios o personas que
apadrinan la institución, en buen estado de conservación pero cuyo contenido no
se ajusta a los cambios o a las nuevas perspectivas, especialmente en lo que se
refiere al pasado reciente. De los libros provistos por el Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, cuentan con algunos (pocos)
ejemplares de autores como Torcuato Di Tella (“Historia del progresismo en Argentina”- 2001, “Historia social de la Argentina contemporánea” – 1998); Jorge C.
Carretoni (“De Frondizi a Alfonsín” –
1998) referidos a Malvinas “La trama
secreta” de Cardoso - Kirschbaum – Van der Kooy. En lo que refiere a la
historia regional o provincial, los ejemplares con los que cuentan también
pertenecen a los períodos iniciales de la historia chaqueña, aunque se están
acercando, desde el Ministerio de Educación u organismos como la Comisión
Provincial por la Memoria, algunos ejemplares como: “24 de marzo del ’76: El Golpe – De la dictadura de la impunidad a la
justicia democrática” (2011), un informe de la Comisión de DD. HH. De la
Cámara de Diputados del Chaco de 1985, referidos a la Causa Caballero (cárcel
para diez policías y dos militares por torturas en la Brigada de
Investigaciones de la Policía del Chaco, actual Casa por la Memoria) y la Causa
Masacre de Margarita Belén (“una masacre
contra el pueblo” como la definió el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez
Esquivel), causas emblemáticas del Terrorismo de Estado en la región. Aunque
más lejano en el tiempo, sus protagonistas aún viven: Napalpí y el genocidio aborigen
en Chaco, es una temática sobre la que abunda material para su tratamiento a
partir de las entrevistas y del relato de Melitona
Enrique, sobreviviente de la masacre, quien falleciera el 13 de noviembre
de 2008 , el tema es abordado por autores como Pedro Jorge Solans (“Crímenes en Sangre” – 2007), Graciela
Elizabeth Bergallo (“Ntonaxac – Danza en
el viento, Memoria y resistencia Qom” 2009) Carlos Alberto Díaz – ZAID (“El
año de la Masacre” – 2009), Orlando Sánchez, poeta y compilador aborigen (“Historia de los aborígenes qom del Gran
Chaco contada por sus ancianos” – 2008)
La falta de publicaciones y
diarios a los cuales acceder desde la localidad, impiden esta falta de relación
con la historia reciente (nacional o provincial). Los periódicos llegan tarde,
y son escasos. No existen librerías en la localidad (la más cercana se
encuentra a 82 kilómetros, en la ciudad de P. R. Sáenz Peña).
Entonces, ¿cuál es el marco de
referencia explicativo y de información del que se valen los profesores para
responder a los interrogantes sobre el tema en cuestión, sin dejar de lado
ninguna de las múltiples dimensiones condesadas en esta? Es una pregunta cuya
respuesta denota que es mucho el trabajo en cuanto a capacitación docente,
específica, que debe realizarse en la institución y desde la institución.
Cuando se les preguntó acerca de
la capacitación específica, los docentes indicaron que buscaron informarse y
formarse, para poder abordar de manera coherente y fundamentada el tema,
tratando de llegar de la mejor manera al alumno de nivel superior.
·
¿Cómo abordan la cuestión del
pasado cercano los docentes del IES de Pampa del Infierno?
Entrevistamos a los docentes Darío
Manulak, Gladis Garcia y Vanesa Toma (docente nobel).
Los tres coinciden en que,
generalmente, en sus clases tratan temas relacionados a la Historia Reciente en
dosis muy pequeñas. Ante la pregunta de por qué sucede esto, ellos respondieron
que por un lado los limita el diseño y por otro que dictan espacios donde la
historia del siglo xx está un poco alejada de sus contenidos a dictar.
El pasado reciente es analizado
desde el desarrollo de los contenidos dispuestos en los programas de estudio al
abordar el período de la última Dictadura Militar (1976-1983) o el conflicto
bélico de Malvinas (1982). Es decir, sujetos al “normal” desarrollo de los
contenidos establecidos por el programa de estudios. Bien podrían analizarse
aquí las palabras de Eric Hobsbawm: “la
historia es siempre historia contemporánea disfrazada”. Como formadores de
formadores, ¿estamos preparados para entenderlo y transmitirlo?
Nuestros entrevistados ven como
algo positivo el hecho de convivir con los protagonistas de esa historia pasada
reciente, de poder contar con sus testimonios y conocer su versión de los
hechos, como testigos directos. Es a través del programa Jóvenes y Memoria que
se han recuperado voces de estos protagonistas, tanto en Pampa del Infierno
como en localidades vecinas como Los Frentones y Concepción del Bermejo,
especialmente voces de ex combatientes de Malvinas y militantes de las Ligas
Agrarias. Más allá de que el programa está dirigido a estudiantes de escuelas
de nivel medio, es pertinente a nuestra investigación ya que lo/as docentes que
lo llevan adelante son egresadas del IES de Pampa del Infierno, incluso algunos
fueron llevados adelante por estudiantes de la carrera de Historia que se
encontraban cursando el último año del profesorado. Durante una de estas
jornadas un invitado docente jubilado, militante de los ’70 y quien vivió de
cerca la represión en Buenos Aires nos contó su experiencia, la cual resultó
muy panorámica e interesante tanto para alumnos como para docentes presentes.
Este tipo de experiencias suponen un acercamiento cabal a la historia oral y a
su valor como insumo innovador y valioso.
En cuanto al tratamiento de temas
relacionados con la política, es inevitable obviarlos en el desarrollo de las
clases, la cercanía de los hechos motivan a opinar y a tomar decisiones y
formular planteos diversos.
Los docentes también coincidieron
en que los alumnos manifiestan cierto desinterés por el estudio (extenso) de
hechos históricos lejanos en el tiempo (Egipto, Roma, Grecia, por ejemplo), lo
cual motiva a desarrollar temáticas más cercanas en el tiempo.
Desde estas experiencias, podemos
rescatar que la enseñanza de la Historia Reciente se está instalando de manera
gradual en las escuelas de nivel medio y en el nivel superior, en la provincia
de Chaco, y que es un tema pendiente en las localidades del interior de la
provincia, quizás debido a la lejanía con las grandes ciudades donde se
ubicaron los hechos más resonantes, en especial aquellos relacionados con la
última dictadura militar.
El problema mayor que pudimos
detectar se refiere al bajo nivel de conocimiento (y comprensión) de historia
argentina con que ingresan los alumnos al primer año de la carrera de profesorado en historia, más allá de indicar
cierto conocimiento sobre el Golpe Militar del `76, se muestran incapaces de
precisar personajes, actores y/o procesos.
·
¿Cuál es la posición de los alumnos del
profesorado en Historia del IES?
Llevamos adelante una encuesta
entre los alumnos del 4to año del Profesorado en Historia, indagando acerca del
conocimiento construido sobre la historia reciente, en su paso por la escuela
secundaria, y el trayecto recorrido hasta ahora en el nivel superior. Cuando se
les preguntó acerca del concepto que manejan de historia reciente, las
respuestas de los alumnos de cuarto año del Profesorado en Historia fueron las
siguientes:
Es decir, la idea general de que se trata de algo que sucedió en un
tiempo cercano, sin profundizar en la incidencia de esos hechos en el presente
y la cercanía de los protagonistas, los silencios creados alrededor y los
conflictos que pudieran generarse por su abordaje.
Cuando se le pregunto acerca de
los espacios donde se encontraron con el concepto de historia reciente:
Es claro que el mayor porcentaje
no se enfrenta con la cuestión, fuera del ámbito educativo (y en el nivel
superior). En el nivel secundario, el tratamiento que se hace del tema es
también escaso, casi nulo y bastante confuso, de acuerdo a los resultados
obtenidos:
Así como la confusión que tienen los alumnos, o la recurrencia de los
mismos temas, casi exclusivos de la historia reciente: Golpe de Estado de 1976,
Guerra de Malvinas.
Por último, más allá de que ya
remarcamos el hecho de que en la localidad no contamos con una variedad de
periódicos o diarios, si se puede acceder a los medios virtuales, y observamos
que nuestros alumnos no consultan con frecuencia estos medios de comunicación:
Por otra parte, un gran porcentaje del alumnado refirió que se encuentra
más interesado en abordar (desde el profesorado) temas relativos a la historia
argentina reciente, mientras que los que se inclinaban por la historia antigua
o el abordaje de ambas se encuentran comprendidos en la otra mitad del
porcentaje. Si remitimos al por qué de la preferencia, los que se inclinan por
la historia reciente afirman que es porque no pueden encontrarle el sentido a
la “historia antigua”, y sería más
útil una historia “más cercana”
·
¿Qué acciones se llevan
adelante desde el IES para incentivar el acercamiento a la historia reciente?
Consultados algunos docentes y autoridades de la institución nos
comentaron que a través del PEC (Proyecto Educativo Comunitario) se llevan
adelante algunos talleres como por ejemplo el denominado “Taller Libre de
formación La Última Dictadura Cívico-Militar en la Argentina” donde entre
docentes, egresados y alumnos llevan adelante talleres en distintas
instituciones educativas del medio. Estos talleres están enmarcados dentro de
un Proyecto del INFOD sobre Memoria y Derechos Humanos al cual accedieron
dichos alumnos por su constancia en desarrollar estas temáticas. También
algunos docentes nos comentaron que realizan una jornada de Historia todos los
años donde convocan a algunos investigadores para que comenten sus trabajos y
donde también alumnos realizan ponencias y talleres. Por otro lado Desde la
dirección de la Carrera de Historia se instó a los docentes, en especial
aquellos de las áreas disciplinares, a que diseñen conmemoraciones para los
distintos hechos de la historia argentina y local. También se intenta sacar a
la Historia de las aulas promoviendo viajes de estudios históricos por la
provincia y el país, donde los alumnos puedan entrar en contacto con los
lugares donde ocurrieron los distintos hechos estudiados.
A todo esto contribuye en gran medida la apertura de los directivos y
docentes involucrados y que colaboran constantemente a las iniciativas de este
tipo.
DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
Como
resultado del proceso llevado adelante, es innegable que es una cuestión
“federal” el hecho de que gran porcentaje de estudiantes de las escuelas
secundarias no encuentran sentido al aprendizaje de la historia, hecho este que
tiene relación con la lejanía con que es
abordada desde las aulas (y donde recién en estos últimos tiempos se ven
acciones prometedoras). Más allá de los cambios realizados a los diseños
curriculares, se evidencia una discontinuidad en ellos a la hora de abordar y
adecuar los contenidos a las particularidades regionales y a los intereses de
los jóvenes. Esta es la “historia escolar
resistente al cambio” mencionada por De Amézola.
Si bien esto refiere a lo que sucede en el
nivel medio, la pertinencia del presente informe es que, justamente, el 90 % de
los profesores de Historia, Ciencias Políticas, Filosofía y Formación Ética que
desarrollan sus tareas en los colegios de la localidad y alrededores, son
egresados del IES de Pampa del Infierno, por lo que urge profundizar en el
análisis y tratamiento de la cuestión, a los efectos de poder estar realmente
incluidos e integrados a la vida democrática y su afianzamiento, como
formadores de formadores.
Entre las principales dificultades a la hora del
tratamiento del tema tratado, uno de los grandes obstáculos con que contamos en
el nivel superior es la falta de material bibliográfico y/o audiovisual
actualizado, adecuado al nivel. Si bien los profesores de áreas específicas
indican que buscan, por propia iniciativa, perfeccionarse y adecuar el material
que ofrecen en sus cátedras, además de organizar con sus alumnos talleres a
desarrollar en las escuelas secundarias, esta iniciativa no es extensiva a todo
el personal de la institución, y estamos convencidos de que es un tema que
atraviesa todas las áreas de formación.
La conflictividad que supone el tratamiento de
un pasado abierto, la cercanía de protagonistas presentes que genera cierto
tipo de resistencias a la hora de investigar temas que pudieran ocasionar
enfrentamientos entre los miembros de la comunidad (inevitables a la hora de
abordar el pasado cercano), llevan a que, lo que se enseña de historia
argentina reciente, sea encaminado hacia una temática general (Golpe de Estado
del ´76, conflicto de Malvinas), nacional, sin profundizar en lo local. Y es
aquí donde nos enfrentamos a otro de los factores que provoca el rechazo por la
historia en nuestros jóvenes: la falta de identificación con lo sucedido
(considerando que sólo se aborda el problema desde la lucha obrera, y no es una
actividad que se desarrolle en la región), por lo que su tratamiento puede
generar cierto morbo, o sentimientos de lástima (torturas, desaparecidos, hijos
arrebatados), sin lograr la comprensión profunda del hecho en sí.
Como líneas de investigación a seguir,
podríamos analizar de qué modo se incentiva y dirige a los alumnos del
profesorado en Historia (y por qué no, de los profesorados para nivel primario
e inicial que se dictan en la institución) para llevar adelante un proceso de
investigación, ¿los preparamos realmente para indagar e indagarse, para
reflexionar acerca de los hechos de los cuáles son protagonistas?
En una mirada positiva, en cierto modo el
trabajo llevado adelante coincidió con el despertar del interés por aprender a
dialogar con nuestros saberes, a partir del cuestionamiento sobre las
prácticas, sobre la formación de los que estamos formando futuros profesores.
Un
aspecto que no ha sido abordado en profundidad en el proyecto es el de la Memoria, su significado y
significancia, el lugar que ocupa a la hora de la reelaboración de los relatos
locales y regionales. Bien pudiera ser otra línea de investigación.
RELATO DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Llevar adelante este trabajo no ha sido tarea
sencilla. Desde la elección del equipo ya resultó un trabajo importante porque
había que confiar en alumnos y colegas que dispongan del tiempo necesario y la
voluntad de llevar adelante esto. Formular el proyecto fue la parte más fácil si
se quiere porque ya había una idea previa que venía latiendo desde hace tiempo
en la mente del docente coordinador y uno de los docentes del equipo. Creíamos
en un principio que el tratamiento de este tema redundaría en un conocimiento
más cabal de hechos históricos todavía desconocidos para alumnos y docentes de
nuestro entorno. Encontramos resistencias a la hora de prestarnos el tiempo
para hablar sobre la temática ya que la mayoría de docente siempre estaba
ocupado o no disponía del tiempo para una entrevista o encuesta. Por otro lado
considerábamos indispensable llevara adelante esta investigación en nuestra
zona porque visualizábamos un vacío conceptual importante en el aprendizaje de
la Historia reciente. Su tratamiento implicaba ahondar en temáticas muchas
veces eludidas por los colegas y por lo tanto desconocidas por los alumnos. A
través de esta investigación también pudimos corroborar que no todos los
docentes se hallaban abiertos a este tipo de experiencias, que no aportaban
desde la colaboración ni desde la apertura. Hubo problemas para llevar adelante
las encuestas ya que muchos alumnos no colaboraban de la mejor manera para
realizarlas y se tuvo que andar rehaciendo algunas veces. Estas problemáticas
nos ayudaron a comprender que no existía un hábito de llevar adelante encuestas
ni entrevistas, que la disposición del docente como del alumno, si se llevaba
adelante, se lo hacía condicionado por el tiempo y por ciertos prejuicios.
Pudimos entender que nos faltan aprender a trabajar más en equipo, que todavía
están muy latentes ciertas formas de trabajo individualistas que socavan las
experiencias colectivas. No fueron pocas
las veces que se tuvo que recurrir a compensar algunas ausencias de algún
integrante del equipo con el redoble de actividad por parte de otro integrante.
Los tiempos se hicieron extensos e interminables a la hora de integrar
actividades entre los integrantes del equipo. Aun así se pudo rescatar que no
todas fueron pálidas: descubrimos que el tratamiento de ciertos temas generaban
situaciones encontradas en algunos personajes testigos, hecho que generaba
cierta emoción en quien investigaba. Descubrir que no siempre el atractivo de
la Historia reciente se basaba en lo desconocido, ya que al conocerlo resultaba
una experiencia dolorosa y tentadora del olvido. Tuvimos que luchar
denodadamente contra el fantasma de lo desconocido y de lo lejano: fueron
muchas las respuestas que oscilaron entre lo “eso sucedió lejos, allá en Buenos
Aires” como así también “por algo será
que le pasó eso”: Esas incertezas convertían
en atractiva nuestra investigación pero del mismo modo se levantaban
muros muy difíciles de atravesar. Supimos, después de ciertas etapas que la
cosa no era tan fácil como habíamos sospechado al principio.
Nos
reconforta saber que este tipo de investigación abre caminos donde otros no han
pisado antes. No resolvemos todos los fosos; es más, han aparecido otros, pero
estos motivan a seguir por la misma senda. Creemos que en las instituciones de
nuestra zona están en pañales en este tipo de investigaciones, pero que se
prefiguran tiempos promisorios, motivados por una política de derechos humanos nacional
muy efectiva. Personalmente creemos que ha sido provechoso indagar en
cuestiones antes desconocidas para muchos, incluso nuevas para nosotros. Nos
deja un enriquecimiento personal amplio e interesante. Nos vamos con un acervo
rico pero también con una mochila pesada en cuanto a las necesidades y
carencias conceptuales. Pero ese justamente es el atractivo y el desafío para
futuros proyectos de investigación que apunten a continuar con este o que
ayuden a ampliar lo ya realizado. Nuestra institución necesita urgentemente de
trabajos de este tipo que ayuden a dar claridad a ciertos ejes relacionados a
la Historia Reciente ya que es una institución con un Profesorado de Historia
nuevo y con ansias de ampliar su acervo bibliográfico.